Laberintos profundos de la mente

Corriendo por el andén del bullicioso y reconfortante silencio de mi mente, fue que tuve una conversación conmigo mismo...
Hubo tanto ruido silente, que no pude escucharme y como una sombra fantasmagórica, las palabras se distorsionaron, hasta perderse en laberintos muy profundos.
Entre tantas miradas de pensamientos, conseguí ver tu rostro, pero el bullicidio era tal que volví a desconcentrarme y nuevamente perdí las palabras...

Que universo sin sentido ostenta la mente, cuando las palabras atacan el vacío del pensamiento...

Y sólo atiné a sonreír, con un palpitante y repetitivo ritmo en la retina que decía: " NO VOLVERÉ A HABLARME  "

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