El hermano de mi novio 4
Por Lady Chatterley
Enviado el 16/01/2015, clasificado en Adultos / eróticos
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Fue cuando le dije, jadeando en tono de suplica dejando de lado mi orgullo y dignidad, -: Por favor, Gastón!!!, ahhh... dios, termina con esta locura de una vez.
Rendida completamente ante el éxtasis que me proporcionaban el accionar de sus fervientes manos y labios sobre mi coño, deseaba desde el fondo de mi corazón que dicho momento jamás acabara siendo capaz de arrastrarme por lograr conseguir un minuto mas de placer cuando aquella aventura llegue a su fin.
Sus ojos impertinentes captados por la magnitud de las circunstancias y concentrados en mi sexo, dieron un vuelco para clavarse directo en los míos, gozando de la desdicha que mi cuerpo expresaba en sufrimiento y agonía ante el efecto que el lograba sobre mi.
-: Tranquila nena!, que esto recién empieza... Dijo, animado por la entrega absoluta visualizada resultado de sus estrategias en seducción.
Al oír pronunciar cada una de las palabras de aquella oración, mi mente flaqueaba una vez mas repitiendo para dentro fragmentos de la misma como "tranquila" o "recién empieza" , entonces ¿ Como es posible que dichas palabras puedan generar calma si la oración concluye con una promesa llena de vigor, adrenalina y erotismo ? ... Me trastornaba frenéticamente a la vez que mi cuerpo se ablandaba desde mis entrañas, como si existiese una fuerza que me suspendiera desde el interior hasta lograr eclosionar.
Ya no lo controlaba, no dominaba mi cuerpo ni mis extremidades respondían a las señales neurotransmisoras de mi cerebro, no era consiente del fulgor que me invadía y sumergía en un orgasmo interminable. Solo accedía a los estímulos provocados por su larga lengua, mientras jugaba con mi clítoris , succionando, lamiendo y mordiendo así como también lo hacia con los labios vaginales, derramando de sus poros sudor propenso a la lujuria viviente. Sentía como derramaba en su sexy boca cada uno de los fluidos que el había originado y como se los tragaba con satisfacción. Mi coño se encontraba en su punto ideal, hinchadito, gordito y rosita mi clítoris demostrando el latido acelerado de la misma dada a la concentración de la sangre que corría por cada vaso capilar , resultado de un potente orgasmo que despertaba mis sentidos dejando excitado todo mi ser.
A medida que lo vivía y padecía, Gastón introdujo rápidamente tres dedos y comenzó a moverlos , de forma tal que mi cabeza se echo hacia atrás poniendo los ojos en blanco y dejando que mi boca agonice a través de los contantes gemidos, dibujando círculos para mis adentros. Definitivamente era de el, siempre lo fui y lo seré, no cabía duda de ello.
Estaba cansada , agotada pero aun quería más. No recuerdo la ultima vez, que me sentí tan viva, tan completa y llena en todos los aspectos. Tal vez, jamás lo estuve en mis años de vida, pero hoy si. Aunque todavía faltaba una cosa, hasta ahora Gastón había sido quien tomo las riendas del juego siendo yo sumisa de su lengua, labios y manos profesionales. La cuestión debía revertirse y ser yo , quien juegue el rol de "Amo sexual" mostrándole mis exquisitas cualidades femeninas...
Entonces, al acabar, decidí colocarme a la misma altura de el tomándolo de la barbilla y otorgándole un beso tirano, fuerte, sorpresivo y muy dominante. Mi lengua era ahora quien doblegaba sus fuerzas y lo cubría, quien serpenteaba sus alrededores y llegaba hasta su faringe. Repentinamente lo solté, empujándolo hacia atrás tumbándolo en el piso. Sus ojos no podían creer con que clase de mujer se encontraba y por su agitación, asumí que lo excitaba aun más la idea de que sea yo quien tome la iniciativa.
Su boca abierta en forma de "o" emitía sonidos desgarradores desde su garganta, en el que cada gemido y jadeo erizaba mi piel y me excitaba otra vez; cuya señal me dio lugar a la posibilidad de concretar mi propósito. Me deslice como toda una pantera hambrienta, cubriendo su cuerpo, entallado, musculoso y fibroso , sin tocarlo con el mío completamente desnudo. No tocarlo ni sentir su piel pegada sobre la mía , formando un solo cuerpo me generaba una angustia atroz , a pesar de sentirme reconfortada por el calor que emanaba. Primero apoye mi coño sobre su gran paquete prometedor, que daba la sensación de que explotaría en cualquier instante, moviéndome con sutileza en círculos sobre su pantalón para sentir como crecía , cada vez más, su erección. Al mismo tiempo, mis dedos traviesos desabotonaron fugazmente su camisa dejando al descubierto el vello de su pecho, mis manos se extendieron por el mismo haciendo caricias suaves y tiernas por toda su piel. Mis insinuaciones provocaron que levante sus brazos para tomarme pero su intento fue en vano, ya que lo sujete de las muñecas y nuevamente, lo estampe contra el piso y al oído le susurre -: "No, mi amor, eso no se hace...", a medida que le mordía y lamia el lóbulo de su oreja derecha.
Luego, descendí arqueando mi espalda dándole besos jugosos y carnosos junto con algunas lamidas por todo el bode de su mandíbula y al llegar a su boca tire con tenacidad a través de mis dientes su labio inferior, mientras lo miraba intensamente. Su pecho se contraía ante mi roce, sus ojos eran fuego, su respiración jocosa y fogosa, emitía jadeos o bramidos cortos pero no hablaba ni una palabra. Entonces descendí ,un poco mas, recorriendo su garganta chupando su nuez de Adán , a la vez que deslizaba mis manos por sus pectorales. Seguí sigilosamente con besos hacia sus tetillas mordiendo suavemente y tirando un poco de ellas, hasta que comprendí que era hora de cenar el plato principal y acabar con mi propio libido interno que despertaba con su perfume.
Continuara...
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