Denunciar relato
La noche está fresca, ahora sí fumare en pantuflas y sin ropas como lo hacia mi abuelo, estoy en el patio de lavado, levanto mi cabeza y veo las estrellas como las vio él, siempre distantes y perpetuas; enciendo el cigarro, doy la primera pitada y me relaja, el humo se disipa en este espacio familiar de la caseta que me dispongo a celar, ya que cuido desvergonzadamente como lo hacia el anciano antes de dormitar en la cama, con la excepción que no son remuneradas mis vigilias en esta caseta de ambiente familiar.
Comentarios
COMENTAR
¿Te ha gustado?. Compártelo en las redes sociales