De tinta y piel

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Hoy he encontrado tu mirada entre la gente... A tal grado que he tenido que volver sobre mis pasos para ver si eras tú al menos un par de veces.
¿Piensas en mí amor? ¿Así como yo a diario y a cada instante lo hago?

Hace rato, platicando  de ti con un amigo me ha dicho que te busque y te de un beso de lengua... Y de sólo imaginarme hacerlo las ganas de sentir tu sabor en mi boca ha hecho que mi entrepierna se humedezca... Hacía mucho tiempo que algo así no sucedía y hoy ha pasado precisamente después de haber decidido que al fin te desterraría de mi vida y eso me saca de balance.

La cordura se va tan rápido… parece que aquella mujer capaz de todo por reflejarse en tu mirada y a la que creí haber matado vive aún en mí… Resurge como una posesa del deseo y las ganas de ti invaden mi cuerpo totalmente. Mis pechos se incendian con el roce de la blusa y mis dedos sin querer vagan lento por mi brazo recordando cómo me tocabas... y en mi mente te doy un puñado de besos pequeñitos… suaves y lentos… cual pétalos de flor bajando por tu delicioso cuerpo…  quiero que me arranques a gritos la inocencia que me queda provocando en mi piel los más oscuros deseos con sólo pensarte.

¡Cada parte de mí tiembla! Mas no sé si de miedo o de deseo pues a placer tuyo esclava soy y me tienes de rodillas comiendo de tu mano, quiero que me llenes de ti, que me lo des todo, que desgarres mi primavera tan lento como puedas hundiéndome en la lujuria… desbordándome… las ganas de tu falo erecto en mis labios me hacen estallar en el placer sublime de ser poseída por tu cuerpo y me entrego totalmente a la pasión dejando que la liviandad guíe mi vivir.

Haces en mi mente lo que el cuerpo anhela, eres escritor de mi piel y mi alma. El deseo me invade y quiero que me llenes con tu tinta, que escribas en mí. Vas dejando más que huellas de tu presencia en mi piel, me has marcado a fuego y hierro pues de tus labios las mieles he probado llenando cada recoveco de mi ser de manera sublime…  Los rescoldos de mi alma siguen ávidos de tus versos… de tus besos… y el placer que causas hace que me pierda en la oscuridad de tu cuerpo encontrando mi estación final en ti.

Si pudiera, besaría cada una de tus letras… tendré que conformarme con leerlas, pues tu boca y la mía están tan distantes… quisiera sentir el calor de tu voz devorando mis entrañas, tomando mi boca, haciendo rimas con tus besos, haciéndome perder la calma…

Y vuelvo a tu presencia ausente, cada centímetro de mi piel se eriza con sólo recordarte, ansiedad y agonía me invaden ¡no hay parte de mí que no te sienta! Caigo rendida a tu encanto, a tu altanería de macho… a tu seducción viril. Sólo deseo que entres en mí tan fuerte y tan adentro como sea posible, que penetres no solo en mi cuerpo sino también en mi alma… y sólo pienso en hacer el amor contigo a pesar de saber que tú solo sabes coger.

Hoy me doy cuenta que escribir es como hacer el amor… amantes de tinta y piel fuimos; con cada palabra que escribiste alguna vez me hiciste sentir tan tuya, me hiciste querer aquello que siempre me había negado, tanto; que aún después de meses de ya no tenerte a mi lado haces que siga deseándote, añorándote, necesitándote… me has condenado a la tortura de la soledad cuando alguna vez llenaste mi mundo de un amanecer infinito, de luz, de amor.

Seguiré rememorando tu tinta sobre mi piel... hasta que decidas que en mí encontraste tu mejor lienzo y regreses a escribir en mí como cuando en esos versos éramos felices.

 

Malu Ramírez


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