Solo decidió ponerse ese vestido, esos zapatos y ese maquillaje, no se colgó un solo collar y sus aretes eran muy discretos, su tersa piel blanca, casi rosada, con esa silueta perfecta, hacían que cualquier prenda se viera excelente, pero ese vestido era algo más.
El elástico suave que recubría el terso algodón de la tela del vestido de una sola pieza, con franjas blanco y negro, gruesas de unos 5 cm cada una, se pegaba excelentemente bien a su cuerpo dejando ver su perfección, también, el vestido, tenía 5 cm arriaba de la rodilla y sus zapatos, negros de tacón alto y plataforma, la hacían ver alta cuando en realidad es de baja estatura, apenas, descalza, alcanza 1.66, su cabello rubio y lacio le cubre la mitad de la espalda y, aunque el vestido no es escotado ni de atrás ni adelante, su figura denota su desnudez.
Jessica decidió ponerse el vestido, pero como se ceñía tan bien a su cuerpo, también decidió no usar ropa interior. ¿A dónde sale una mujer sí en miércoles a las 3 de la tarde? La pregunta podría parecer misógina, y lo es, dado que las particularidades de la pregunta acuden a los parámetros que rigen dentro de la cultura occidental y está cultura, no sé si exista una que no, pero esta cultura, la que premia la libertad, la que se ve evolucionista, progresista, esta cultura de la civilidad occidental mantiene sus rasgos misóginos sin pudor alguno ya que se ve masculina a sí misma, por lo tanto, que una mujer como Jessica, a las tras de la tarde, hora de la comida, en miércoles, que las mujeres están en casa sirviendo comida o haciendo deberes, vestida para un antro y, visiblemente, sin ropa interior no anotaría más que a una prostituta cara, sin embargo no, Jessica va a ver al primo del novio de su amiga, con quien quedó para organizarle una fiesta a su primo al margen de él pero en complicidad con su amiga.
La historia pareciera tomar sentido: una mujer guapa y vanidosa, va con un sujeto a preparar una fiesta sorpresa a un tercero pero sus intenciones, recordemos que hablamos desde la cultura occidental, misógina, son visiblemente el coqueteo. Pero la historia no se aproxima ni un poco a esta hipótesis, Jessica decidió ponerse un vestido que le impedirá salir del tercer piso del edificó donde está su departamento.
El edificio de cinco pisos, tiene una planta baja con unas escaleras y un elevador, el primer piso es un área de reunión, es decir, hay sillones y mesas con una pequeña cocineta para que los inquilinos socialicen, quizás pensada, esa área, para realizar juntas vecinales, el segundo piso tiene las oficinas de la administración del condominio, en el tercer piso hay dos bodegas, la primera, la más pequeña, es donde vive Jessica, que fue adaptada así a petición de ella gestionando un bajo costo de alquiler. La otra bodega contiene los muebles viejos, alfombras enceres de limpieza y otras cosas propias de la manutención del condominio, ahí trabajan los cargadores y personal de intendencia. Los dos pisos siguientes contienen el resto de los departamentos.
El jefe del personal de la bodega tocó, a las 2:15 de la tarde de ese día, a la puerta de Jessica, le avisó que a partir de las dos y media la bodega quedaría bacía, pero lo dejaría abierta ya que entre tres y cuatro llegarían dos de los administradores del condominio y un auditor para revisar el inventario. Ya cuando Jessica estaba arreglada y lista para salir, el primo del novio de su amiga le telefoneo para decirle que no podía llegar a la cita, que tenía que salir de urgencia fuera de la ciudad pero que si podía, en la noche se podían ver para comenzar con el plan de la fiesta sorpresa. La razón de la fiesta, es decir, el que la novia, que sabía todo, no participara en la planeación, tenía que ver con que ella también, la novia, tuviera, de alguna manera, la misma sorpresa.
Bien, por la llamada telefónica sabemos que Jessica no salió de su departamento, pero es del tercer piso de dónde sabemos que no salió, nos podría hacer pensar que los trabajadores de la bodega tienen algo, igualmente misógino, que ver en el relato, pero éstos avisaron que no estarían a las tres de la tarde, así que la historia parece ser que tampoco tiene que ver con esta hipótesis.
Aun así, de no ser por la llamada, que es una lástima, podríamos suponer que Jessica sale a las tres de su departamento y que antes de subir al ascensor, una banda de sucios bodegueros la secuestra y, despojándola del vestido provocador, es sometida a una violación que pasa de ser terrorífica a encantadora por todo el estereotipo que representa, y en donde ella, Jessica, se termina degustando el semen de los sucios bodegueros, encantada y rodeada de siete o más bodegueros guapísimos, pero sucios, además de todo lo que a la bodega reviste, papeles tirados, estantes oxidados, muebles viejos y nuevos, escritorios con todo tipo de artefactos y poco espacio de trabajo, etc., pero esto no es una película porno ni algo por el estilo, así que, como he dicho antes, la hipótesis queda desecha dada la llamada telefónica.
Jessica, a las tres de la tarde, ya sin actividad, se sentó a ver la televisión mientras tomaba un café, justo en ese momento, en el área de reunión del condominio, un par de señores de unos 50 años, altos, ambos vestidos con traje y corbata, delgados y en forma, platicaban con el actuario que haría la revisión del inventario, un hombre más joven que los dos anteriores, de unos 40 o 45 años, atractivo, vestido igualmente de traje y corbata; los primeros le estaban entregando la llave de la bodega e indicándole su ubicación, también le decían que más tarde se reunirían con él en ésta para ir revisando juntos, así que el actuario subió al tercer piso y se equivocó de puerta, intentó meter la llave en la cerradura de la puerta del departamento de Jessica y ésta, asustada, corrió a la puerta, la abrió y se encontró con el actuario.
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