Denunciar relato
-Usted es el primero que la abre. - concluyó la recepcionista dándole la maleta que Julia había dejado a su nombre. Jorge, sin indagar más, la cerró y se alejó.
En casa, volvió a abrirla y sacó el cuaderno que descansaba sobre una muda de ropa perfectamente doblada. Apasionadas cartas de amor que se acumulaban en su bandeja de correo y, que jamás se había atrevido a borrar, estaban sobre las páginas del diario gastado. Un cuaderno inacabado terminaba con su historia. Una despedida sin un primer encuentro. Sólo un frase:
"Lo siento, me esperan mi marido y mis hijos"
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