El salón está repleto de todo tipo de bicharracos y maleantes de pacotilla. El humo, reventaba los pulmones, era asfixiante y yo ahí. Me pregunté una y mil veces ¿Por qué?...porque nunca hice caso de los buenos consejos. Qué asco observar a esas hienas, sedientas de alcohol, desnudarme con esos ojos desorbitados, embrutecidos
La noche avanza lentamente. Un aire de amargura recorría mi cuerpo; de repente, cogí mi guitarra, me puse el mejor vestido y sonreí, me dije a mi misma: Hoy es un buen día para el último concierto. Me acordé de aquellos años de estudio en la prestigiosa escuela Juilliard. Que tiempos más hermosos- Así, armada de valor, me senté frente a esa gente de mierda y toqué la Sinfonía nº 40 de Mozart, no me importó que se burlaran; al acabar, cogí de mi bolso un revólver Smith & Wesson y decidí cerrar el telón de esta maldita historia
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