"Miro al cielo y estas ahí abrasándome,
buscando razones para perdonarme..."
ORIGEN
Resplandor en el frío
éter de una asfixiante luna eterna.
Ni siquiera sonrío,
esta quedó enterrada
bajo escombros de una mísera ruina.
Atrás cayó la casa
y los viajeros marchan hacia el cielo
a cumplir su promesa.
Las carrozas de fuego
llevan todo el bien y el mal de mi pueblo.
Se abre ante vuestros ojos
el nuevo hogar: casto, primitivo;
preciso a los antojos
deseados largamente
por los maestros dueños de lo creativo.
Los días nos acompañan,
pronto brotará el fruto del sembrado.
Los pinceles diseñan,
la mente distribuye.
Al terminar, todo estará calmado
PECADO
¿Dónde estás hijo mío?
¿Dónde? Ni me entiendes, ni te presentas.
Tan solo escucho al río
que vaga indiferente,
a las estrellas: tristes, descontentas.
Mil voces te persiguen
en el laberinto negro de tu alma,
ahora te consiguen
mis ojos juzgadores
que acaban con tan engañosa calma.
No concibo actitud más traicionera.
¡Mal hijo! ¿Qué has hecho?...
¿Culpas a tu pardilla?
pobre de ti y de tu mal compañera.
¡Golpearé tu costilla!...
El presente se trunca
con el nefasto gesto del pasado
que retorna, que opaca.
Me duele oírte la voz
en el infecto fango del pecado.
Murió la semejanza
y en un séptimo día rompí la imagen.
Con toda la vergüenza
marchitó mi alegría.
¿Perfecta creación? ¡Que otros te perdonen!...
LABERINTO
Imagen perturbadora,
viles pasillos oscuros
que se esconden
tras muros de opaca piedra.
Son laberintos perpetuos.
Nos conocen.
Allí corremos como idos
de la verdad, escapando
del mal hado.
Quemas por dentro los dedos
que piden romper el codo
asesino.
El no comprende tu súplica;
la salida se silencia,
disimula.
Se vuelve condición cómica
de corrompida indecencia.
Vulgar jungla
Su silencio cambia el rol
sellando toda salida
al añorado control
que permanece perdida
Laberinto que corrompes la mente
adueñándote de las voluntades
indefensas
¡Oh! despistada gente
que cegadas, derrumban amistades.
DESTINO
Eres aquel que nos guarda
impertérrito, seguro
de sí mismo.
Por gobernarnos la vida
nos despedazas el cuero.
Que cinismo
se transfigura en tu dueño,
más te conviertes en héroe
al trocarla.
Modificas con tu sueño
la hilaza que te mueve
y estrangula.
Es el duro designio que nos marca,
la palabra dicha por las doncellas
del oráculo maligno del alma
que nos hieren por todos los costados.
Nunca suplicas más luchas a muerte
tratando de cambiar la fe. Con suerte
tú podrás castigar al mal camino
que te puso sin temer el destino.
ALMA
Cuando duermes, el escapa
a un lugar donde se viaja
con los vientos,
donde subes la montaña
y en la tan ansiada caída
te reafirmas.
Con la fuerza, tu solo eres
brisa de vientos secretos.
Navegador
que vas por los manantiales
eternamente amparados
por el Creador
suavemente te conservas y flotas,
sin que nadie te pueda decir algo;
aquella libertad tú la conservas
y gritas ¡Sobre una nube cabalgo!...
Por más que quieras no logras detenerte,
pues el mundo mágico quieres comerte.
Sin pensar se despierta el cuerpo agotado
reviviendo por momentos, lo viajado.
OASIS
En el mar de las tinieblas,
muy lejos del Tercer Cielo
resurgirá con el vuelo
el cántico de las tablas
que vencerán a las nieblas
y la luz volverá a nacer,
para convertir en placer
el retorno de la vida
mucho antes asesinada
al filo del atardecer
De sus aguas beberemos
el zumo de la victoria,
de sus palmeras haremos
el hogar que soñaría
cualesquiera de nosotros
en tan buena compañía.
Aquel oasis se despierta
en el oscuro rincón
que responde la pregunta
hecha desde aquel balcón.
¡Oasis! El hogar soñado,
nuestro hogar encontrado
MESÍAS
Retomarán las palabras,
los gritos en el silencio
de un mal día que amaneció
plagado de mustias sombras
que desparraman las sobras
de malvados corazones.
La gente busca razones
Un Mesías, un Salvador
¡Oh! volverá otro traidor,
asesino de ilusiones.
La profecía buscará un luchador que nos libre
del yugo malévolo del maligno,
que esta respiración, corta
sin mediar palabra.
Un mesías que nos salve y nos eleve a la cumbre
más alta de nuestro triste destino,
abriéndonos toda puerta
oculta en la sombra.
VERBO
Yo soy el verbo,
la existencia
hecha esencia,
quien del limbo
te robó
y el quebranto
te ocultó.
Tu luz brilla,
tu semilla
despertó.
Yo soy el verbo que te inspira valor,
la existencia que te ofreció la vida
hecha esencia sin pedir nada. Soy
quien del limbo sacudió tus entrañas,
te robó de las garras del maligno
Y el quebranto eterno te enmudeció,
te ocultó bajo columnas marchitas.
Tu luz brilla atentamente en el cielo,
tu semilla pronto será buen fruto.
Despertó un nuevo hombre en todo el mundo...
NOCTURNO
Soy el cantor de voz callada
que te cuida por la noche
y acaricia
tu figura hecha seda.
Eres mi tierno fetiche,
mi caricia.
En esta velada el viento canta enamorándote,
añorando en la lejanía el hogar tan distante.
Miras el amanecer de una nueva historia
por la cual con pasión desmedida lucharía.
Soy quien abrió tus ojos sin mañana,
animándote a continuar luchando;
aquel que te guió con la caravana
hacia el horizonte del nuevo mundo.
ESENCIA
Desde los picos más altos
el claro viento reclama
la esperanza.
Volverán los héroes castos
a retomar toda calma
y bonanza.
Aquella esencia vendrá
a repetir la historia
acallada.
En cada cielo podrá
escucharse la victoria
merecida.
Esencia primordial de toda vida
conocedora de nuestro pasado,
remontas para arrancar lo negado
sanando el dolor de toda herida.
Así será eternamente:
pura, clara y transparente,
sin ningún mal inminente.
CIELO
Quisiera gritar al cielo
la rabia que me consume
cuando veo pasar la muerte
manoseando todo niño
con tan roñoso esqueleto,
ver turbar su Carne Santa
mancillada y estrangulada
por buitres del cielo caídos
que destrozan a los huesos
que un día le dieron la vida.
Quisiera gritar al viento
la furia que me destruye
cuando veo llorar al hombre
quebrado por el desprecio,
golpeado por el vil puño.
Desdicha fatal que aflora
y acrecienta mi tristeza;
según viejos escritores
que viajaron por los cielos:
¡La salvación volverá!...
Quisiera pedirte foráneo cielo
consumas con tu regreso las
penas
que carcomen las entrañas del
mundo.
Te envío mi voz por medio del gran
viento.
Confidente sincero que nos oyes.
Cielo inmutable compréndenos.
Dueño de todos los estados,
tu tiempo justo ha llegado.
Aunque maldigan algunos,
la paz estará con todos
renegando del pecado
TIERRA
Tierra inventada
¡Tierra!
creí encontrar en tu cuerpo
Y exploré tu interior
más la vida nació.
¡Majestuoso lo creado!...
Surqué sin vacilar
y me adueñé del mundo.
¡Tierra! Se volvió fruta.
PERO
Al filo del abismo
y muerto lo creado, la noche ronda
tristemente y sin ánimo
persigue una Nueva Arca,
aquella que dará otra vez la vida
SABES
Comparto mis paraísos;
solo deseo tenerte
y contigo embriagarme.
Si me desvincularas
de aquella tierra fuerte
nunca he de morirme.
¡No desfallecería!...
Por ellos me levanto
desde cualquier esfera
para renacer todo
cambiando a todo el mundo
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