sin el derecho de amar

No se en que momento pasamos de gustarnos a querernos, era un juego de egos, era una mala costumbre de hacer las cosas difíciles, de darnos explicaciones por todo, pero sin tener el poder de poseerte cuando mas lo deseaba, tomaste la decisión, decidiste que no debo seguir en tu vida, tantas veces me dijiste que solo seria tuya!, que jamás saldrías de mi cabeza, las veces que me dijiste te quiero, me importas! …

Tus frases connotadas, me gustaba ese trato, rompimos barreras, pero luchar por esto no valió la pena. No se dio, no se dará, ni jamás volverá, no vuelvas a buscarme!..

Creo que de parte de ambas aguantamos demasiado, teníamos reglas estrictas de mantener esto en secreto, que mis exigencias no contaban, pero tú me ordenabas que no estuviera con nadie más.

El juego de ambiciarnos, de saber que somos complicadas pero que valdría la vida intentarlo, hice cosas que quizás jamás me habría atrevido, me mentiste con una habilidad difícil de olvidar.

Y estas tan adentro de mi que es una desesperación no pensar en ti, obligarme a mi misma a no buscarte, a no querer saber de ti, siempre estuviste tan presente en mis días.

Empecé a quererte cuando descubrí que también podía odiarte… mis emociones pasaban en una montaña rusa con vueltas que ya no podía manejar.

Ni siquiera las de costumbre, simplemente, tus palabras comenzaron a ser un juego diario del que nos sentíamos vulnerables, sentíamos que no podíamos dejarnos, que necesitábamos hablarnos, y de alguna manera poseernos en la distancia para lograr el equilibrio, solo palabras, eso fueron, palabras que nos encadenaban, palabras que hacían de un momento algo tan intenso que salía de nuestro control, pero sin el derecho de amar.

Hice todo lo que mas pude para conquistarte, pero la obsesión se convirtió en algo enfermizo, no podía dejarte, ni tu a mi, hasta ahora han pasado mas de veinticuatro horas sin hablarnos ha sido un esfuerzo de ambas por matar las ilusiones, solo espero que hayas tomado la decisión correcta.