Sueña Gregorio que los Dioses juegan a los dados, decidiendo la suerte de los mortales. Los dados van cayendo en la enorme mesa y la suma de los dados ha sido tres. Lo que significa que que no le irá del todo bien al ser humano a quien están cuidando. Aquella señora muere, dejando a dos pequeños hijos huérfanos. Otro Dios, alcanzó un nueve y el joven estudiante ganó un premio de la lotería. Lo que significa que los números pequeños son malos y los grandes, buenos. ¡Qué sueño tan raro! Pero al fin, Gregorio ha despertado.
Se asea. Se arregla y prueba su primer alimento del día. Se dirige al trabajo por la periferia. Ha salido con tiempo de su casa y sabe que llegará temprano a su trabajo. En la siguiente cuadra, doblará a la derecha para salir del anillo periférico. Prende las direccionales y mira por el espejo retrovisor. Entrará por la calle Moctezuma.
Clara, después de una larga noche de desvelo, se ha despertado tarde. Sus amigas la invitaron a un casino que tiene múltiples juegos de azar. Y a ella le encanta ganar dinero de esa manera. Y lo que más disfruta es el juego del Bingo. Es muy afortunada. Pero por ese vicio, se le ha hecho demasiado tarde. Apenas y se bañó. salió de casa sin probar bocado y avanza a toda prisa por la calle Moctezuma, para más adelante, salir al anillo periférico.
Los Dioses, han empezado a jugar los dados. Y contemplan a Clara. Desde la noche anterior. Los dados van el aire, rumbo a la enorme mesa. ¡Ha caído par de unos!
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