Amanecer

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<Durante mi ronda nocturna entre los muros de la Gran Mansión, me pareció ver algo que sobresalía de entre las grandes piedras, vi que era un cuaderno y lo cogí, me lo guardé en el bolsillo de la gabardina y seguí andando pensando en ojearlo durante mi descanso. Cuando llegué a mi habitación lo abrí: era un diario de mil setecientos treinta y ocho, más de cien años lo contemplaban ¿cómo no lo había visto antes?. A continuación reproduzco las últimas páginas>

DIARIO DE ALFREDO KROST

Viernes 01 de Junio

Un día más, veinte años así.

Vigilo la Gran Mansión del ala Este al Oeste y cuando llego a un extremo, media vuelta y a empezar. Conozco cada brizna de hierba que piso, cada recodo del muro. Conozco madrugadas lluviosas, ventosas, gélidas y calurosas, pero siempre es lo mismo. ¡¡Estoy tan cansado!!. Mañana sin falta hablaré con alguien para que me cambien de puesto

Sábado 02 e Junio

Me han denegado el cambio. No se qué hacer. Aquí no tengo amigos, sólo trabajo noche tras noche hasta el amanecer, que por cierto nunca veo. Luego comer, dormir y vuelta a trabajar. ¡Es desesperante!

Domingo 03 de Junio

Ésta noche he matado a un hombre, estaba borracho y estoy seguro que no sabía dónde estaba. Cuando se ha acercado a mí ha preguntado algo ininteligible y mi contestación ha sido cogerle la cabeza y romperle el cuello. Nos lo hemos comido para desayunar. Algunos compañeros me han felicitado pero sigo sintiendo el mismo vacio. Matar ya no me motiva.

Lunes 04 de Junio

Hoy ha venido a verme el Jefe Supremo, tiene muchos años pero mucho vigor, tanto que le supura por los poros de su piel. Estoy seguro que, a pesar de su edad, en una lucha cuerpo a cuerpo no tendría la más mínima opción. He pensado en pedirle el cambio de puesto a él pero ni siquiera he conseguido aguantarle la mirada mas de un segundo ¡Soy un cobarde!

Martes 05 de Junio

He tomado una decisión. Sin posibles para salir de aquí, encerrado en esta maldita prisión, condenado a recorrer el muro cada noche, lo mejor es abandonar.

Sé que si escapo me mataran. Deseo ver un amanecer. Soy consciente que incumplo las normas y que es mi perdición, pero prefiero morir a seguir así, al fin y al cabo yo no elegí esto. Ellos me convirtieron. Dejaré éste diario entre las piedras del muro bien adentro. Quizás lo encuentre alguien y le abra los ojos de esta no-vida que consume.

Adios.

<Tengo el mismo puesto que el tal Alfredo Krost, no entiendo su desesperación. Ésta vida me gusta y amo al Jefe Supremo. No obstante, respetaré la memoria de mi antiguo compañero y dejaré el diario donde lo encontré. Me recuerda a Klaus, también quiere ver amanecer, pero no creo que tenga agallas para hacerlo y menos ahora que corren buenos tiempos. Hoy tenemos un precioso bebé para desayunar.>


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