Las Habitaciones del Placer [1]

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  Nunca pensé que le haría caso a Marta, pero sin embargo ahora estaba aquí, en esta casa enorme, pasando por el pasillo más largo que he visto en mi vida y observando cada detalle anclado a la pared, o a las más de 10 puertas que hay en el camino.

    -Habitación roja, habitación azul, habitación verde, habitación amarilla?. Me parece que me estoy arrepintiendo de haber venido ? dije mientras observaba los letreros colgados en algunas puertas-.

   Hacía un tiempo que me apetecía experimentar cosas nuevas referentes al sexo y esto sin duda era lo que yo creía estar buscando, un rato de placer y para casita a seguir con el día a día, pero lo que no me esperaba era que me terminaría encontrando en alguna habitación con él.

   Al final del pasillo pude vislumbrar a una chica rubia, con el pelo recogido, sentada delante de una mesa, supuse que se trataría de la secretaria del lugar, así que fui directa hacía ella a pedir información.

  -Disculpe, es la primera vez que vengo a esta casa, más o menos sé de que va la cosa pero ¿me podría dar más información del lugar?

   -Claro. Bienvenida a la mansión del señor Watt, la mayor casa del placer de toda la comunidad, como habrá podido observar, cada puerta tiene un letrero con un color escrito en él, en cada habitación puedes encontrarte con un estilo de relación diferente, en todas se práctica sexo, unas en mayor grado que otras, podrás entrar en todas y cada una de ellas, observar y unirte al grupo de gente en caso de que sea de tu agrado, cada habitación contiene unas pequeñas salas privadas para más intimidad. Si deseas no ser reconocida tenemos antifaces disponibles. Son 80? y podrás disfrutar el tiempo que quieras. Se te entregará una tarjeta que tendrás que introducir en cada puerta, la luz verde es que podrás entrar porque hay sitio disponible, la luz roja es aforo completo. Aquí a la izquierda podrás encontrar los vestuarios, tendrás una taquilla donde podrás dejar la ropa, por la casa se va totalmente desnudo. ¿Alguna duda? ? me dijo ella con total entereza.

   -Me ha quedado todo claro, me gustaría coger un antifaz ? le dije y le alcancé los 80?.

   Me activó la tarjeta y me dio el antifaz que le pedí, con todo esto me dispuse a disfrutar mi experiencia...

   Fui al vestuario como me indicó la secretaria, me coloqué delante de una taquilla disponible, me desnudé y metí toda la ropa en la taquilla, la taquilla era de código, inserté un número y me fui.

   No sabía que podía hallar detrás de cada puerta así que me puse el antifaz y me decidí por la habitación verde en primer lugar, inserté la tarjeta en el hueco metálico y vi que se encendía la luz verde, así que entré a ver que me encontraba.

   La habitación estaba oscura, solo una luz verde que provenía de una lámpara de techo iluminaba el lugar, las paredes eran verdes y en ellas habían colgados cuadros de mujeres desnudas, lo que me hizo pensar que ésta debía ser la habitación de chicas. Avancé un poco y detrás de una pared me pude encontrar con dos chicas desnudas sobre una cama redonda enorme, estaban besándose, acariciándose? una de ellas se percató de que yo estaba allí y mientras besaba a la otra, con el dedo índice me hizo una señal para que me uniera. No había tenido una relación como esa, era la primera vez y estaba híper nerviosa.

   Me fui acercando lentamente mientras observaba el panorama de todo aquello. Comencé tocándole los hombros a una y ella a la vez le lamía los pezones a la otra, a menudo que más les observaba, mas iban aumentando mis ganas de tocarlas y unirme completamente a ellas. Bajé mis manos hasta los senos de aquella chica, se dio la vuelta y me contempló de arriba abajo con gesto lascivo, posó sus manos sobre mis caderas y me besó, fue un beso húmedo que me activó por completo. Le seguí tocando los senos, esta vez le retorcí suavemente los pezones con el índice y el pulgar y pude contemplar lo que aquella acción le excitó, deslizo el dedo corazón sobre la línea central de mi pecho hasta que llegó al clítoris, donde se detuvo unos segundos estimulándolo hasta llegar a introducir los dedos índice y corazón dentro de mí, esto hizo que me contrajera y soltará un breve gemido, movía sus dedos rápidamente, de vez en cuando los sacaba, los chupaba y los volvía a meter. A mi todo eso me parecía muy excitante.

   Me tumbaron sobre aquella cama y una de ellas sacó un vibrador enorme, me abrió de piernas y le hizo un gesto a la otra que yo en ese momento no entendí, ésta se colocó delante de mi sexo y con la punta de la lengua comenzó a lamerme el clítoris, mientras volvía a introducirme dos dedos dentro, lamió cada rincón de mi sexo hasta que no pude más y estallé de placer, sensaciones convertidas en gemidos. Se apartó y le tomó el relevo la siguiente que me introdujo el vibrador de una estacada, grité de dolor y placer al mismo tiempo, lo movía dentro de mí y lo metía y sacaba con facilidad, mientras ambas me mordisqueaban los pezones, todo se me volvió negro, estaba extasiada y momentos después me revolví en mil contracciones que me hicieron llegar al orgasmo.

   Me quedé paralizada en aquella cama rememorando todo lo que estaba viviendo y pensando en lo que aún me quedaba por vivir...


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