QUIZÁS

Quizás no debería escribir esta noche, pero ¿Cómo hacer para no hacerlo?

Los dias de soledad vividos, las noches en vela nadando en ti, en mí, en nosotras; las ilusiones no compartidas, tantos sueños dormidos... ahora, en la distancia, nuestra historia me parece un valiente acto de cobardía. Cobardes amantes nocturnos. Valientes por amarnos, cobardes por escondernos. Felizmente cegadas por nuestra pasión envuelta en egoismo … Ahora todo és tan triste, tan irreal, tan difícil de aceptar!

No és tu ausencia lo que duele, ni tu ardiente recuerdo lo que arde en mi nostalgia.

Te amé. Te amé con locura, con rabia, con desesperación. Te amé sin razón, sin exigir, sin esperar. Te amé tolerando, en silencio, dando! Te amé tanto que no me arrepiento de nada y me niego a olvidar. No me importa el desamor que, en ocasiones, nos alejó; ni tus culpables ausencias, que casi nunca disculpé; ni aquellos airados reproches que no silencié. De nada me arrepiento. Amo nuestros recuerdos, nuestra culpable entrega, nuestra egoista felicidad...

Es el paso del tiempo, callado, injusto y volátil lo que me desgarra el alma. Los dias traen lentamente el olvido, difuminan los sueños, duermen las emociones. Lenta, cruelmente, ván borrando tus rasgos de mis pupilas; enfrían el calor de tus abrazos; rompen mi ambición de eternidad contigo.

Si te olvido, si el paso de los dias te alejan definitivamente, no me quedará nada. No te llamaré en mis silencios, no lloraré tu ausencia, ya no sentiré el corazón.

Si te olvido, si la memoria me traiciona, nunca más reviviré la emoción de tu mirada, ni añoraré la plenitud de tu sexo, ni calmará mi soledad el recuerdo de tu existencia!

La distancia en el tiempo nubla mis sentidos y aún recordándote todavía lloro tu ausencia y mi vacio...