Gabriela Fuentes, flamante secretaria del licenciado Ramírez Cuevas, se da un tiempo en la oficina para charlar con sus compañeras, antes de empezar las labores matutinas.
- ¿Ya vieron los horóscopos de la semana?
- No, ¿Por qué? ¿Qué dicen? - Le pregunta Susana, una de sus mejores amigas
- Dice que los de escorpión, tendrán un amorío. Pero que será muy breve. Y que luego se arrepentirán de haber dejado el que tenían...
- ¿Y quién es escorpión, Gabriela? ¿Tu marido? - Pregunta intrigada, otra de las compañeras
- No. Es el signo de papá. Y no sería la primera vez que se comporta así con mamá...
- ¿Y qué dice mi signo? - Le pregunta Susana muy interesada - Soy aries
- Pues aquí dice que a los aries les irá bien en todo. En la salud, la economía... Menos en el amor.
- ¡No me digas eso! - Responde Susana bastante preocupada
- ¿No te gusta saber que te irá bien en todo? - Dice una intrigada Gabrielita
- Lo que pasa es que Pepe es escorpión...
- ¡No me digas!
Mientras las amigas se distraen con pláticas banales para hacer menos tediosa la tarea matutina, en el área del licenciado Pérez Sosa, la secretaria particular de éste, Martha Elena, las escucha con cierta indiferencia
- Sólo a ustedes se les ocurre creer en esas tonterías de los horóscopos. Lo que deben hacer es ponerse a trabajar para terminar más pronto su trabajo.
Las secretarías del despacho del Licenciado Ramírez, se ven intimidadas ante aquella intromisión y deciden dejar de lado la conversación para retomar sus labores cotidianas.
Después de algunos segundos de un silencio imponente, vuelve a escucharse la voz de Martha Elena:
- ¿Y qué dice del mío? - Pregunta con mucha seriedad - Soy capricornio.
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