Trio casual ( I Parte )

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Que gracia me hacía ver a todas las madres llevar a los niños al colegio y tras dejarlos, todas se reunían en el bar a poner a parir a sus maridos y a criticar a las demás madres. Pero tú eras diferente. Nunca entrabas al trapo, ni tan siquiera tomabas café en el mismo bar, tú te alejabas lo suficiente de ellas, para no acabar en la misma rutina devastadora de serpientes bífidas.

Mientras, yo, como cada día te observaba en las sombras. Escondido, pero visible, aunque no para tus ojos. Cada día seguía tus pasos, desoyendo a mi cabeza y a mis ideales. Siempre me habías gustado y no sabía como acercarme a ti.

Por fin ese día me decidí a dar el primer paso. Me jugaba mucho en ello, porque sino me salía bien, ahora ya si sería visible a ti cada mañana y estoy seguro que sería la única bala posible para mi. Tú eras guapa, estatura media y delgada. Tenías un buen culo, no muy grande, pero respingón, tus pechos no llamaban la atención por su tamaño, pero a mi me gustaban tal cual. A veces me preguntaba si por un casual, alguna vez te habías fijado en mí y me imaginaba a ti describiéndome a mí. Flacucho, moreno, mas bien alto y del montón. Lo único que merece la pena de él son sus ojos. En la cafetería siempre la misma rutina, pedías un café y un vaso de agua, sacabas las pastillas que estuvieras tomando y lo primero te tomabas una, dejabas el café enfriar y al acabarlo tomabas otra.

Allí pasábamos las mañanas, juntos en la distancia, yo imaginando absurdas conversaciones con las que pretender embaucarte y de las que jamás imaginé podrían llegar a su ser. Aunque mi grandilocuencia y mi desmedida verborrea eran capaces de mucho, tu me hacías enmudecer.

Justo cuando iba a pasar a la acción, un hombre de mediana edad, entro en la cafetería. Tu saludo para con él, te delató. Era tu pareja, marido, amante o como mierdas quieras llamarlo. Mi autoestima se vino abajo de golpe, con todo lo que me había costado decidirme a decirte algo y justo hoy tenía que aparecer él.

Se sentó junto a ti, no soltaba tus manos y no apartaba los ojos de los tuyos, se os veía muy enamorados, pero justo en un instante, me hubiera gustado parar el tiempo ahí, tu mirada se cruzó con la mía y sino mal me pareció ver me dedicaste un guiño. No me lo podía creer. Tu no volviste a cruzar mas tu mirada con la mía que buscaba ansioso de nuevo cruzar con la tuya, hasta el punto de que él se dio cuenta y se levantó en dirección a mi.

No sabía como disimular, donde meterme y aún menos como reaccionar. No tardó mas de dos segundos en estar frente a mí y sin apartar la mirada de mis ojos me dijo que si me gustaba lo que veía.

Me hice el sorprendido, le dije que de que me hablaba y el insistió firme, retándome con su mirada. Al final tras unos segundos de un silencio tenso, le respondí que si. Pero que no miraba con maldad alguna, sino porque me daba envidia ver una pareja tan enamorada.

Su sonrisa estalló al punto de acabar mis palabras y se desternillo delante de mis narices. Tu te acercabas lentamente, sonriendo y sin apartar la vista de mi. Cuando hiciste la aparición el se presentó y te presentó para mi.

-"Soy Miguel y esta chica tan espectacular es mi pareja, Marían. Tú como te llamas?".

Mis boca no articulaba palabra alguna, sólo temblaba y no sabía que hacer, cuando de nuevo el me interrumpió.

- "No tienes nombre?. Tranquilo majete, simplemente bromeaba, ella me dijo que no nos quitabas la vista de encima y me gusta poner nerviosa a la gente."

Por fin reaccioné y con la voz aun apagada mi garganta me presenté. -"Soy Carlos, un placer."

Te acercaste a mi antes de que Miguel pudiera estrecharme la mano y me diste dos besos, mientras en uno de ellos me susurraste algo que no pude entender. La situación aunque tensa, se fue disipando con las explicaciones por ambas partes de lo sucedido.

Mientras tomábamos un café de nuevo, esta vez juntos los tres, Miguel iba, entre risas aún, comentando la broma y yo me terminaba de tranquilizar, cuando de repente y sin más tú me volviste a ponerme en una situación muy comprometida.

-" Porqué me sigues últimamente y porqué me miras con esos ojos de deseo? ".

Yo creí que me moría, no puede ser que esto me esté pasando a mi. Tierra trágame!!, era el pensamiento que se me sobrevenía la cabeza y tras un leve instante, me eché a reír y te dije que ya valía de tomarme el pelo.

Tu mirada reflejaba que esta vez la cosa no iba de coña, que la pregunta era real y esperabas con ansía mi respuesta. La situación era caótica y desesperada para mí. Miguel no apartaba la mirada de mí y esta vez su semblante no dejaba entrever sonrisa alguna. La tensón era grande y mi hombría se escondía cual cobarde entre mis labios, hasta que por fin me atreví a decir.

- " Me gustas mucho y siempre pensé que tal vez tu y yo .........., pero ya veo que es un imposible y que tienes pareja y os pido disculpas los dos, hasta hoy nunca lo supe y ade......."

Miguel interrumpió mi discurso de perdón y me pidió que callara un momento. Tus ojos clavados en los míos me asustaban, Miguel siguió con su intención de hablar cuando tu le interrumpiste a el y en ese momento me sujetaste la mano.

- " Sabes?, Miguel y yo no somos pareja estable, es mi amante y siempre lo hemos llevado a hurtadillas. Le conté que había un hombre que me seguía cada mañana y sospeché que te enviará mi marido, primero debía averiguar que no era así. Y ahora que ya lo tengo claro, sigo contándote. Miguel y yo disfrutamos de una relación abierta y muy especial, tú me gustas y quería que él te conociera, quería su aprobación, y creo que me la ha dado. Quiero..., o mejor dicho queremos que tú y yo..., vayamos..., mejor dicho nosotros tres..... En fin, me entiendes? "

Aquí si que enmudecí de golpe, su mano seguía agarrando la mía y mi cuerpo y mi mente estaban paralizados. Trataba de recopilar datos y saber a que se refería y que no estaban jugando conmigo. De repente tu boca se fundió con la mía en un beso pasional y lleno de lascivia, tus dientes arrastraron mi labio inferior tras separarse de ellos. Y por fin Miguel hablo claro.

- " Queremos un trío en toda regla, donde los juegos sean de tres y mirar como te la follas a ella, quiero veros, que nos mires y si te apetece también tu y yo podemos intentar algo para ella, aceptas? . Si te apetece, sabes donde encontrarla y sino será cosa vuestra, tu decides, pero yo ya me tengo que marchar. Os dejo solos. "


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