CONFESIÓN (Relato Gay)

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Nos hicimos muy buenos amigos, poco después de conocernos en el grupo de música de la universidad, al principio nos quedábamos un rato mas a practicar la guitarra, la excusa perfecta para pasar mas tiempo juntos. Era un hombre - niño, a veces dulce y especial, pero mujeriego, muy distinto a mi, mas centrado y tímido, será por eso que luego me convertí en su consejero, hasta su crítico. Nunca hubo nada entre nosotros, nunca antes había tenido una relación homosexual, pero sentía que necesitaba de su compañía y que ese deseo era mutuo, al punto de que mas de una vez desechó algún plan de "calzones" para salir juntos a pasear. Eso era lo mas bonito, saber que podía contar con él. Pero un día quedamos en vernos en la plaza mayor, y yo confiado, no lo llamé para que me confirmara, nunca antes fué necesario, y lo esperé, lo esperé y lo esperé.
Luego de mil llamadas suyas perdidas y una semana de hacerme el interesante, me vió pasar por el patio de la universidad, entonces me interceptó y en pocas palabras me contó su excusa con mirada casi suplicante: "Andrés, no podía perderme esa oportunidad, es que la chiquilla estaba virgen", a lo que luego de observarlo con mirada punzante le dije: "¿Eres feliz así mintiendo a tu enamorada?, en verdad, ¿sientes algo verdadero por alguien?.
No me dijo nada y no le di tiempo para más, lo dejé ahí parado, tal vez sin que entendiera mi reacción, y pensé en no volverlo a ver más, que derepente con el tiempo se volvería en una mala influencia.
El fin de semana me volvió a llamar, pero esta vez pasado de copas, y me invitó a que viéramos la final de la champions league en su casa, pero le respondí: "No cumpa, estás borracho, sólo llegarás a dormir a tu casa", y entonces me respondió en tono pícaro: "O sino vemos una película porno, pero lo malo es que si me caliento...?", y lo único que consiguió es que me molestara mas con él.
Ya el Lunes por la mañana, y haciendo como si nada hubiera pasado me volvió a llamar y me pidió que pasara por su casa para ir juntos a la universidad.
Salió, y al verme se puso feliz con una sonrisa de oreja a oreja, me extendió la mano y de mala gana se la estreché, pero nuestra acostumbrada caminata de su casa a la universidad ya no era el mismo de siempre. Luego que me preguntó: "¿estudiaste para el examen?", y le respondí corto: "Sí",sólo hubo un silencio sepulcral entre nosotros. Pero a mitad del camino, y dando unos pasos mas adelante de mí, tal vez para no ver su cara de vergüenza, me confesó: "Andrés, yo antes era como tú, creía en el amor, siempre me decía que no iba a ser como esos borrachos, mujeriegos, sin sentimientos, que sería un padre ejemplar, sin vicios, de los que llegan a su casa con un ramo de rosas y todas esas cosas, pero me pagaron mal, me engañaron, alguna vez me dijeron que me querían de verdad, pero fué mentira. Yo no quiero que tengas una mala imagen de mí, porque te estimo y quiero que seas mi amigo y confidente, siempre, porque...", y terminó diciendo algo que jamás imaginé : "...Te quiero".


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