Tus manos rozan mi cuerpo desnudo anhelante de tu calor.
Recorro cada centímetro de tu piel con mis manos, beso, lamo y mordisqueo tu cuerpo desde el cuello por el pecho tu cintura hasta llegar a la dura erección de tu pene. La chupo, la beso, la meto en mi boca y busco tu mirada que brilla implorando que siga, subo y bajo, lamo todo su contorno. Hasta que llega el clímax y te dejas ir llenando mi boca con tu orgasmo caliente.
Subo otra vez, dejando un reguero de besos por el camino y te como la boca para que pruebes tu sabor, que a mi me vuelve loca.
Me siento a horcajadas encima de ti, esperando que calmes ese deseo que crece dentro de mi.
Tu sexo vuelve a crecer y me penetras, despacio, pero yo te pido mas, te necesito dentro, necesito que me llenes entera.
Te incorporas y me pides que me ponga de rodillas, te pones justo detrás y me agarras por las caderas. Mmmmmm, el placer es infinito, más fuerte por favor. Mis palabras se vuelven órdenes para ti, y me agarras con mas fuerza mientras tus envestidas crecen y se endurecen.
Cuando creo que no puedo mas, que llega el momento de dejarme ir, paras, alargando mi agonía. Me tiras sobre la cama y te tumbas encima de mí. Siento tu aroma, tu olor, una mezcla de "124 STH" y sexo, esa mezcla que ha pasado a ser mi perfume favorito.
Me penetras, mucho mas lento, pausado, saboreando el momento. Me besas el cuello, la oreja, el pecho y yo vuelvo a notar crecer la pasión en mi interior.
Entrelazo las piernas en tu cintura y aumentas el movimiento, te imploro más, necesito más, quiero más. Te vuelves loco. Lo noto, me viene, la piel se sensibiliza, todos los pelos de mi cuerpo se erizan, se me seca la garganta y los ojos se me quedan en blanco, es maravilloso.
Tú te corres dentro de mi, noto tu pene palpitando, exhausto que da los últimos coletazos todavía en mi interior.
Te busco, me miras, nuestros ojos se encuentran, verde contra azul. Solo un deseo, que no sea un sueño.
Pero la triste realidad me lleva a despertar bañada en sudor y jadeante.
Tengo que calmar mi excitación y busco con mis dedos el centro de mi placer, cierro los ojos e imagino que es tu lengua caliente y húmeda la que juguetea con mi sexo y enseguida una descarga eléctrica de placer recorre mi cuerpo. Acabo tumbada en la cama mirando a la nada y una lágrima desciende mi mejilla quemando a su paso... diciéndome otra vez lo estúpida que soy por no haber conseguido olvidarte.
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