Quien pudiera romper su propio corazón.
Por Esteban Deganutto
Enviado el 06/03/2015, clasificado en Cuentos
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En ese momento ella se ahogo en un mar que el había creado, indirectamente claro, un mar de lagrimas generado por su egoismo, a su imagen y semejanza, el mar transmitía todo lo que ella había sufrido, dejandole como único remedio, tratar de saldar su deuda consigo misma, intervenir en el orden natural del dolor y cruzar un nuevo nivel, un umbral que la llevaría a desear nunca haber existido, pues el destino que los separo era el que tanto los unía, y es el que también se la llevaría. Solo cuestión de tiempo para que haga lo imposible, o al menos, lo imposible para ella, vengarse, lo cual llevo a cabo quitandole la vida, pero lo que ella no sabía era cuanto los unía y en cuan poco se diferenciaban. Esa tarde de otoño descubrio que a el lo llevaba dentro de ella, y no en su vientre, algunos lo llaman amor, otros locura, que haya dos personas viviendo en el cuerpo de una, un cerebro, un corazón, compartidos por 2 almas distintas, una mujer y un varon, cuando el muera, eventualmente, ella moriría.
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