La inundación

Sus ojos se fueron humedeciendo mientras lo miraba fijamente. Quiso decir algo pero las palabras no se formaron; Se ahogaron en su boca. Él seguía inventando excusas para dar por terminada aquella relación de cuatro años. Los ojos de ella seguían humedeciéndose. Él ya no la miraba a los ojos, no se atrevía. Desviaba la mirada a uno y otro lado. Las primeras lágrimas de Eugenia se deslizaban por sus mejillas. Javier continuaba con sus disculpas. Eugenia seguía llorando. Cuando él pensó que era momento de retirarse, dio media vuelta y empezó a marcharse. No llegó lejos. La calle estaba inundada.