- Acabo de conocer a alguien muy especial.
- ¿Ah, sí?
- Y estoy muy impresionada.
- Cuéntame.
- Es una persona encantadora, porque te sonríe siempre que le hablas. Su mirada es preciosa, transparente. Ama a su familia y confía en ella totalmente. Observa todo con atención para aprender de cada momento lo más posible.
- Demasiadas virtudes, tú, ¿no lo estarás idealizando? A ver si te estás enamorando sin darte cuenta...
- Espera, que hay más: es alguien muy expresivo y muestra sus emociones en lugar de reprimirlas y así obligarte a interpretarlas; le gusta escuchar a todas las personas, es muy sociable. Tiene un corazón puro y se deja querer... Es generoso: sólo te pide ayuda si le pasa algo grave.
- Venga ya, me estás timando. ¡Esa persona no puede existir!
- Sí que existe: es un bebé.
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