La odisea de Cefeo y Casiopea

Si el amor todo lo puede, la historia no lo refleja. Al mirarnos, la detonación de pensamientos y sentimientos está al alcance de la mirada de cualquier mortal. Las casualidades no existen, si por el desborde de una catástrofe nacen los milagros no hay quien no sea capaz de dominar su sentir. ¿Por qué encontrarte allí? Con tu silueta celestial y tus piernas cósmicas, abrazando el sentimiento del amor en todas sus facetas. Perplejo por la inigualable belleza de tu sonrisa, no hice mas que imposibilitarme serenar mis sentimientos.
    
    Viviendo en la tierra del olvido, compartiendo cada gota de un calor que agobia, dos miradas que se cruzan son determinantes para encontrar lo que se escondió bajo esta arena ardiente. A la eternidad de una vida sombría y vacía jamás se le puede encontrar perdón, cruzar los limites del cuerpo solo para vernos impregnados en la historia de nuestra civilización es el anhelo que conecta nuestras mentes.     
    
    ¿Por qué no reinar este hueco inhabitado? Dominar los caudales de los ríos, florecer amor en los grandes valles y arbitrar una sociedad dominada por el desdén y la codicia. Si nuestro amor es tan fuerte, bella Reina, ¿quién podrá frenarnos?
    
    La irregular lluvia que implora por la frescura nos ataca en el centro de la mente. Correr por la salvación es la simple respuesta de un cobarde. A la mas perfecta exactitud se le resta un profundo desvelo. ¡Qué nos lleve, entonces! retumba una y otra vez en un eco profundo. La inundación es salvación, por lo tanto solo salvémonos. Morir es tan solo conectarse con los astros, volar más allá de lo habitado, ser un reflejo del pasado. Bella Ándromeda, desde aquí te guiaremos. Con la paz de la conciencia y con la memoria activa. Cuanto mas brille el sol, más arriba estaremos.