La huella de sus labios

Cuando la miré supe que algo diferente había producido en mi cuerpo, sentí el deseo irrefrenable de besarle.
Me contuve porque no sabía si ella quería eso? pero sus ojos parecían decirme todo lo contrario.
Empezamos a beber y nos mirábamos una y otra vez, no podía parar de mirar a sus ojos y a su boca, llegué a pensar que se estaba dando cuenta.
Comencé a bailar y a acercarme cada vez más, ella no ponía resistencia, le roce el brazo y fui subiendo hacia arriba.
Con las yemas de los dedos toque sus labios rojizos.
Ella se quejó irónicamente que le había estropeado el labial.
Me acerque a su oído y le susurre: Creo que hay otras formas más interesantes de borrarte el labial.
Ella me sonrió, se quedó parada delante justo de mi boca, mi respiración se congeló, nunca habría pensado ser capaz de decirle eso, pero me dejé llevar por el deseo que tenía de besarle.
Se fue acercando a mí y me besó apasionadamente, mi corazón empezó a acelerarse y sentía el suyo danzar en mis oídos.