Denunciar relato
Ayer me vino a visitar, hacía más de un mes que no aparecía por acá.
Siempre sucede en medio de una crisis de jaqueca. El dolor, que comienza leve y
focalizado, en breve se expande y pasa a ser insoportable. Punzantes latidos
provocan un estado de desesperación difícil de narrar. Es en esos momentos de
oscuridad fatal cuando ella aparece, tan bella y reconfortante, tan serena y seductora,
un ansiado bálsamo. Pero también tan temida, víctima de un tabú ancestral.
Imposible no rendirse ante sus encantos y me entrego. Cuando despierto comprendo
que aún no era la hora de partir.
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