MANUELA HEREDIA 2
Por MANUELA HEREDIA
Enviado el 08/04/2015, clasificado en Adultos / eróticos
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Parece que al contarlo me deshago de una mochila que llevaba yo sola cargada pero el deterioro
que he sufrido por una violación tan brutal durante estos 8 años ha sido bestial sobre todo porque
sufro de TLP y creo que todos esos "nadas" he intentado buscarlos en relaciones complicadas y en
sesiones de BDSM para ver si conseguía simular aquellas barbaridades que saqué en fotos y no lo
he conseguido, así que tuvo que ser brutal y eso a día de hoy me pone aún los pelos de punta, al
menos me he dado cuenta de que estaba buscando llenar esos "nadas" y he parado. Pero me he
destrozado por el camino...
Mi mundo está lleno de sombras, de esquinas muertas sin terminar, de escurridizos pasajes que
no han sabido dirigirse a buen puerto y de caminos torcidos con senderos abiertos a base de pico
y pala que no llevan a ninguna parte, me siento agotada, sin sentido y cada día más perdida y
cansada. No entiendo que es la vida, y que no. Que es lo que retiene y que no. Y el más allá me
llama cada vez más a menudo y me tienta con acercarlo más temprano en el tiempo relativo que
es la vida. Hoy no he tenido un buen día.
Lo más difícil de no morir cuando intentas suicidarte es volver a vivir porque cuando lo decides
crees que no vas a volver, que todo se acaba, y para mí es como una fase de luto de mi no muerte
hasta que consigo volver poco a poco a la vida. Es difícil expresar que ya no quieres vivir más, que
cada día que tienes que vivir es una verdadera tortura. He perdido la cuenta de mis intentos, y he
estado muy grave 4 veces, algo debe atarme a este mundo que no me deja marchar. En unos
meses ingresaré en una unidad psiquiátrica voluntaria 6 meses y todo se lo debo a unos cuantos
hombres que nos toman como juguetes de usar y tirar. Al final a la que encierran es a mi...Mi Primer Intento. Las relaciones con mi pareja eran insostenibles, él empezó a tomar cocaína de
manera demasiado asidua y se convirtió en su enfermedad sin darme cuenta. El trabajo me
consumía y la depresión iba cada vez a más después de la violación. Apenas tenía tiempo para ver
a mi hija y cuando llegaba, normalmente tarde, él ya estaba enganchado y quería un tipo de sexo
que yo ya no estaba dispuesta a dar y su enfermedad empezó a maltratarme, a exigirme a
insultarme. Estuvimos así varios meses hasta que le dije que eligiera o la cocaína o yo, pero a un
enfermo esa elección no se la puedes dar porque la decisión ya está tomada. Un día desapareció y
vinieron sus padres a echarme de la casa, que era de ellos...Y así después de 9 años de relación
salí de la vida de mi pareja, sola y con mi hija y con una depresión que pesaba más que mi cuerpo.
Nos trasladamos a una pequeña casa y a la semana llegó mi primer intento de suicidio..... mi hija
tenía 11 años
Me alborotan remolinos de lágrimas en los ojos al leerme, me siento pesada y cansada, me
persiguen fantasmas de ayer que quiero poner en su sitio y resguardarme en un barco a la deriva
mientras dure la tormenta. No recuerdo de donde zarpé, ni en que mar me encuentro, estoy tan
perdida que ni las nubes me dejan ver el cielo. No hay timón en mi barco, ni chaleco salvavidas,
solo un triste cascarón y la fuerza del mar para hundirme. Mis palabras son las únicas que quizá
me lleven de una vez a puerto.
La huída. Con el alma hecha trizas, el corazón en un puño y una inmensa soledad continúo casi
como una autómata haciendo mi trabajo durante un par de meses más, soy autónoma y no puedo
parar... hasta que un amigo viendo el estado en el que estaba me anima a buscar otro trabajo y
largarme de allí. Me consigue un par de entrevistas y consigo un trabajo que me traslada a una
capital de provincia. Durante una semana dejaré a mi hija con unos amigos y me iré para
instalarme y buscarla colegio. Consigo tragarme todo y como si fuera una perfecta actriz empiezo
en un trabajo de directiva en un periódico económico, parece que las cosas empiezan a irme
bien...
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