Mientras bajo las escaleras, cada peldaño que desciendo me aleja un poco más de la realidad diaria y el eco de mis pasos, parece multiplicarse en cada escalón. Oigo el ruido del traqueteo del montacargas, que desciende pesadamente a mi izquierda y se va perdiendo en la profundidad del subsuelo.
Continúo por el pasillo del sótano 3 hasta llegar a esa puerta que siempre esta abierta y desde donde me llega ese olor inconfundible a papel y cartón, de los innumerables archivos que allí se encuentran. Historias clínicas y personales que encierran miles de vidas atrapadas en esas carpetas. Avanzo a través de los pasillos formados por estanterías etiquetadas y numeradas donde cada uno de esos archivos ocupa su sitio.
Las aspas de los ventiladores distribuidos por el techo remueven el aire caliente, las paredes desconchadas y el suelo desgastado por el paso de los años le dan un aspecto de abandono desolador. Sin embargo el trajín de sus pasillos es continuo, con el ir y venir de sus historias que parecen cobrar vida en este submundo del sótano 3 del hospital.
Llevo el número impreso en un papel, esta debe ser la única planta del hospital que no esta informatizada, y lo entrego en el mostrador donde mecánicamente es recogido. El responsable del turno se acerca a mí con una carpeta enorme que me entrega al momento y se da media vuelta para seguir con lo suyo.
A continuación me dirijo hacia la puerta, pero algo llama mi atención y busco la etiqueta de la carpeta con mis ojos descubriendo que lleva mi nombre, pero eso es absurdo. Hay algo que no me deja pensar y deduzco que debe ser un error, pero las piernas no me responden, acabo apoyándome sobre una de las columnas y abro por fin la carpeta. Mi vida esta relatada con todo lujo de detalles, fecha de nacimiento, dirección, estudios, viajes, eventos sociales, enfermedades, hojas y más hojas que traen a mi mente toda mi historia y finalmente marca la fecha de mi muerte. Por un instante creo haber bajado a los infiernos, la carpeta se desliza lentamente entre mis dedos y mi vida queda desparramada por los suelos.
Miro la fecha de mi reloj ayer fue ayer .EXITUS
Mi cabeza esta a punto de estallar mientras escucho una voz que me llama
Mamiiiiiii son las cinco despierta!!!!!!
Abro los ojos envuelta en sudor, aliviada porque todo haya sido una pesadilla, pero mientras oigo como juega mi niña una duda me asalta
Me dirijo a mi bolso y busco mis datos, mi identidad, pero descubro que no soy yo quien esta detrás de esa foto de carné de mis documentos.
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