Perdido en tu iluminacion

    Insisto en verte bailar, insisto en que todo lo que vivimos es un ataque de paranoia anormal. Dónde nace el silencio, relleno de pecados hambrientos, la canción que me desvela se vuelve una transición mortal. Una hoja de terciopelo dorado suavemente recibe las puntadas de un lápiz honrado por la eficacia de un pensador que camina su mente hacia el más allá.


    Insisto en la locura que me provoca verte feliz, insisto en las luces que parpadean en tus ojos acomplejados por una vida llena de sueños. Ahí, bajo las cenizas que esconden tristezas, la fusión del fuego y el alma cuentan hasta diez. Un océano dorado que transluce una pasión incomprensible eleva la luz del último amanecer.


    Insisto en el amor, insisto en la lluvia incesante que cae sobre lo que nos cobija cada noche. El conjunto de líneas se alinea a la perfección con un constante descenso de estrellas, rojas como la furia y violetas como la perdición, generando fe en la reencarnación.

    Insisto en el deseo, insisto en el sol que se pone día a día. Conversando plácidamente a la luz de una luna que nos indica cuando dejarnos llevar por la conciencia del subconsciente. Nacidos para caminar un sendero repleto de rosas unidas con asombrosos pinches. Luciendo rostros pintados por la sombra, gritando a la eternidad.

    Insisto en el desorden, insisto en las noches de desvelo que me invitan a ver otra realidad. Creyendo en la particularidad de tus labios, conociendo lo profundo de animarse a más.

    Insisto en mirarte, insisto en dejar de lado una oscuridad asombrosamente atractiva. Solo llévame a volar, en un atardecer contemplando el mundo para no despertar jamás. Llévame a vivir para siempre, conectándome solo con tu sabiduría. Invítame a salvar al mundo, solo dios sabe cuando habrá que parar.