Debemos aprender a quitarnos las cargas que llevamos de más. Esas que nos ponemos nosotros mismos en nombre de otros cuando ni siquiera se nos ha pedido. Cuando ni si quiera esa(s) personas(s) lo sabe(n).
Es un hecho que cierto tipo de personas tendemos a echarnos a las espaldas culpas que no nos corresponden solo porque en un momento dado creemos que sí. Al final pasa tanto tiempo que creemos realmente que hicimos algo mal, que es nuestra culpa y nuestro peso. Pero no es así. Tenemos que aprender a diferenciar. A querernos m´ss. Valorarnos más. A anteponernos más. A saber decir basta. A no atormentarnos y menos con cosas del pasado.
Dicen que lo que hacemos hoy sera reflejado mañana y que eso nos define. Pero no es del todo cierto. Una mala decisión del pasado solo te puede perseguir para siempre si tu quieres. Esta claro que todo es relativo, pero machacarse cada día no es la solución para mejorar mañana. Debemos encontrar el modo de perdonarnos. De ver que no siempre somos los responsables de ciertas cosas. A veces las cosas suceden porque así debe ser. No siempre ha de ser responsabilidad de una persona. Hay cosas que escapan a nuestro control. Que van más allá y cuando algo está escrito, por más que se haga, sucederá.
Debemos aprender a perdonarnos.
A no asumir el peso de los demás y de ciertas situaciones que escapan de nuestras manos. Que a veces queramos que ciertas cosas sucedan no quiere decir que tengan que suceder.
A veces el problema solo radica en la falta de comunicación y en como hacerla efectiva.
No todo el mundo se sabe expresar. A veces pensamos una cosa. Queremos decir esa cosa. Pero cuando toca decirla, decimos lo contrario. Lo complicamos todo. Viene la culpa. Vienen los remordimientos. Viene el miedo.
Como siempre, el miedo. El puto miedo que nos achanta y nos hacer simplemente gilipollas. Simplemente humanos.
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