Lo que pasa, es que todo es culpa desas substancias extrañas, el polvo microscópico amarillento que producen las flores deste planeta y también de las abejas que llevan el polen en sus peludas patitas y después regresan al panal, en dónde la acumulan y hacen este especial elixir.
Ahí, esas científicas y malévolas abejas, coludidas con las flores, elaboran un plan siniestro, el cual consiste en selecionar individuos y trastornarles el cerebro con la miel y ese polen...
Cada vez que corto una flor, para asi obsequiarla a la chica de mis pensamientos, huelo dicha fragancia y nunca puedo regalarla y... Me da por escribir metáforas. Lo mismo con la miel, que recorre mis pensamientos y da vueltas en mi paladar.
Si, eso debe ser... Estupidas abejas y estupidas flores....
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