La yema de mis dedos

 La yema de mis dedos.

A los ojos de mi ignorancia y conocimiento ante el cuerpo humano y su complejo funcionamiento, me sorprende e intriga enormemente como la yema de mis dedos guardan y son testigos de tantas cosas, son un libro abierto al cerebro al corazón al sentimiento, algo tan pequeño no cuidado como deberíamos, ya que son los cables de concesión para la lo malo y lo bueno, las terminaciones nerviosas que tenemos en los dedos son algo que soporta los más duros trabajos, en el campo con la tierra en la obra  con el cemento con el hierro y el hielo en muchos otros casos y que sigan teniendo el poder del ensueño cuando al acariciar con ellas se te eriza el bello cuando al tocar la frente de un niño es capaz de apreciar la fiebre si algo está vivo o muerto, las páginas de un libro, ellas las pasan y adivinan el gramaje y de una en una las pasan con la ayuda de nuestros dedos, como en un teclado minúsculo son capaces de dirigirse a la letra y pulsar con la suavidad necesaria y la pantalla no dañar. La yema de los dedos, son las que acarician a un bebé y lo calman dejando de llorar, le transmiten seguridad al anciano y como deslizándose sobre la espalda te invitan a amar, seleccionan hasta un pelo una perla por su suavidad, y aunque las espinas se clavan sin poderlo evitar, saben poco a poco y sin ayuda expulsarlas y dejar la yema de los dedos con toda su sensibilidad, quien no lo ha experimentado? Los 10 dedos al par, tanto para el que lo recibe como el que la da, es una caricia, la de más sensibilidad, y si por los labios se pasea tu yema de los dedos un beso se escapa sin poderlo remediar. Cuida de tus manos, solo un accidente fatal te puede privar de la sensibilidad de tus dedos de las yemas en especial, son algo maravilloso en tu cuerpo que debes cuidar y valorar.

Dedicado a esas manos que te saben acariciar, te dicen tanto!! Que no hace falta hablar.