Cazadores de lágrimas

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Mirando las estrellas rodeadas de oscuridad en el inmenso cielo, junto a mis amigos de la infancia y mi maestro, contándonos historias al calor de un buen fuego, vimos caer una estrella del cielo que deja una llama de fuego tras de sí. Fue la primera que vi caer, avisé a mis amigos y a nuestro maestro para que viera la estrella fugaz, él dijo que esa no es una estrella como las demás, es una lágrima divina, el alma de un dios caído que ha sido alejado de los prados que da la vida...

 

Soy Adin de Val´ra, mi nombre lo elegí yo, mi apellido es el que le ponen a todos los huérfanos que son acogidos en el imperio de Val´ra. Estoy tumbado frente un fuego recién encendido, junto a Silver, mi leal montura alada, cenando lo que hemos cazado. Lejos del bullicio de la gente, no siempre podemos estar tan tranquilos, solo con las estrellas del oscuro cielo nocturno. Vemos una estrella fugaz, una lágrima divina, una roca con un potente poder mágico, no suelen caer muchas. Sería un desperdicio no cogerla, en la ciudad te dan lo que quieras por una de ellas, cuanto más grande sea, más puedes pedir, así que cojo mis armas y despierto a Silver, un grifo con fuertes garras y gruesas alas, hemos pasado muchas aventuras juntos.


Volamos siguiendo la estela de fuego que deja atrás esa lágrima que ya ha visto todo Val´ra. La seguimos hasta que cae en la cima de una pequeña montaña creando una nube de polvo y piedras. De la nada aparece un hombre montado en su pequeño dragón, se deja caer en la cima y desenfunda su espada. Vuelo en su dirección, me lanzo para chocar con él y tumbarlo, lo que me da ventaja para desenvainar mis dos espadas. Avanzo hacia ese cazador de lágrimas mientras está tumbado en el suelo, este se da la vuelta lanzado un puñado de tierra a mis ojos, lo que le da el tiempo necesario para recuperar su espada, pero nos sorprende un Fénix muy enfadado por el estruendo que ha provocado la piedra a chocar con en suelo que ha despertado a sus crías que piden su cena.


Con mis ojos llorosos veo alzarse a ese pájaro con el pecho en alto y sus ardientes alas todo lo abiertas que puede, soltando un chillido muy agudo, que me ensordece. Se abalanza sobre mí cogiéndome de un brazo y alzándome en vuelo. Intento dañar sus patas con una de mis espadas para que suelte y lo hace, pero me deja caer a demasiados pies del suelo como para reventarme por dentro y servir la cena a sus crías.


Silver hace de la caída solo un susto, el fénix baja en picado hacia nosotros, atacando a Silver y siendo atacado por mi grifo. Aprovecho para cargar mi pequeña ballesta con las pocas flechas que han aguantado el zarandeo en las alturas. Disparo una al pecho del pájaro ígneo, otra en el ala izquierda, otra cercana a la anterior, el fénix desciende, guardo la última flecha. Volamos de vuelta a la cima, pero ese tramposo se ha adelantado, la piedra mágica no está, todavía podía ver a ese cazador por el cielo nocturno con la piedra brillando en sus manos, así que le sigo con mi cansado amigo, dejando hambrientas a las crías del fénix.

Cada vez que me aproximo a ese ladrón, más se aleja de con su reptil, mientras me lanza fuego usando el poder de la lágrima divina, golpeo el lomo de Silver ordenándole ir más rápido, pero la pelea con el fénix ha sido muy dura para él y no puede dar más. Esquivamos sus fuegos mágicos de la lágrima hasta que apunto con mi ballesta y mi última flecha sobre él, disparo y fallo, pero doy en un ala del inocente dragón, este desciende. Les alcanzo demasiado rápido y los paso de largo, doy la vuelta para ver frente a mí a ese gigantesco pájaro ígneo tan cabreado que ataca a mi competencia con toda su furia que le convierte en un montón de comida para sus crías. La batalla acaba.


 Ese ladrón deja caer una de las cosas más valiosas de Val´ra, haciéndome el trabajo más fácil. Vuelo a baja altura para continuar por el bosque, refugiado por los árboles del Fénix y cerca de donde ha soltado la lágrima divina. Camino unos pasos al lado de Silver, dejo que se recupere mientras busco la lágrima divina que con su brillo y esplendor detecto enseguida entre las ramas de un árbol que no tardo en bajar. Ha sido una buena captura. Pero Silver se alerta, oímos unos pasos, suena un golpe, veo borroso, caigo al suelo y todo oscurece.

 

 

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