Abraza mi cuello

Por
Enviado el , clasificado en Terror / miedo
1412 visitas

Marcar como relato favorito

Mientras las personas que me rodean se quejaban de dormir sobre pétalos de rosa yo lo daría todo por dormir sobre sus espinas. No me ha resultado fácil convivir con la nictofobia, todo empezó cuando tenía 17 años, no existía luz lo suficientemente potente como para iluminar la noche. El miedo irracional a la noche es algo que ni yo mismo puedo explicar, no puedo explicar quién apaga las luces de mi casa o quién esconde la luna cuándo más la necesito. No existe psicólogo en mi ciudad al que no haya visitado para dejar de ver a esa maldita figura. Alguna vez me he cargado de valor sobrehumano y la he atacado, pero cuando la yema de mis dedos la rozaban, ella volvía a estar detrás de mi. Nadie había en este mundo que pudiese hacerme superar este terror a lo oscuro. Ante esta situación solo pude decir, soga abraza mi cuello mientras escuchaba el taburete impactar sobre el suelo, la cuerda tensarse y lo que había a mi alrededor nublarse, pero antes de que acabase la agonía, la figura, como siempre por la espalda me abrazó y no sentí algo humano.

Quizás debí hacer caso de las advertencias del prudente chico que había en mi grupo de amigos, quizá aquella noche no debimos jugar con aquella extraña tabla cuyo nombre mis labios se niegan a pronunciar, quizás por eso los psicólogos no encontraban la solución, al fin y al cabo no eran exorcistas.

Maldito diablo, mira lo que me has hecho hacer, rezaré lo mejor que sepa antes de que la figura me tape los ojos, y deje de verme colgado.


¿Te ha gustado?. Compártelo en las redes sociales

Denunciar relato

Comentarios

COMENTAR

(No se hará publico)
Seguridad:
Indica el resultado correcto

Por favor, se respetuoso con tus comentarios, no insultes ni agravies.

Buscador

ElevoPress - Servicio de mantenimiento WordPress Zapatos para bebés, niños y niñas con grandes descuentos

Síguenos en:

Facebook Twitter RSS feed