Lo había conseguido, tantos años trabajando por un solo objetivo vivir en Londres, sonreía con satisfacción mientras arreglaba su nuevo departamento o "flat" como se dice por esos lares. Sale al pasillo por una caja y zas! lo ve, alto, moreno y ojos verdes, no tan musculoso y con labios para comerlos, rodeados por una hermosa barba. Con los mismos labios le sonríe y le da un pequeño saludo con la cabeza que a ella le produce un extraño calor en su pecho.
Regresa adentro y no podía quitarse la imagen del vecino de la cabeza, imaginando esas manos grandes arrancándole la ropa, mientras esa boca hermosa devorándole los senos, la barba rozándole el interior de sus muslos... tocan la puerta ella todavía acalorada sale a ver quien es, era el objeto de sus pensamientos oscuros, con una caja de mudanza en las manos.
- Hola! me dejaron esta caja por equivocación en mi puerta, supuse que es tuya, le dijo con una vos grave y con un bonito acento británico.
- Si muchas gracias, respondió ella como pudo.
- Me llamo Bradley y tu?
- Lucia mucho gusto.
Estrecharon manos, el le ofreció ayuda para desempacar y mientras platicaron de muchas cosas, de donde venían y que hacían y otras banalidades, que ella francamente no ponía atención por el esfuerzo de que no se le notase la excitación que ese hombre le provocaba.
En uno de esos esfuerzos a ella se le cayeron varios libros y él tratando de detenerlos se adelanto, en toda la maniobra se rozaron las manos creando una electricidad entre los dos cuerpos, con los libros desparramados en el suelo y ellos sujetos de las manos se dieron el primer de muchos besos de la tarde, sus lenguas se movían como si ya se conocieran se enlazaban en una guerra constante donde disfrutaba tanto el ganador como el perdedor, el la rodeo con sus brazos y la condujo al sillón, poniendo a Lucía sentada encima, ella por su parte comenzó a acariciarlo debajo de la ropa, deleitándose con cada firme músculo y deseando lamer toda su piel, él le tocaba los senos apretándole los pezones.
Empezaron a desnudarse mutuamente quedando totalmente desnudos Bradley ataco sus senos con su boca mordiendo suavemente los pezones arrancándole suaves gemidos, Lucia se sentía en el cielo y mas húmeda que nunca, liberándose de la boca de su amante recorrió su pecho con la lengua hasta llegar a aquel tótem se dispuso a devorarlo completamente, ahora quien gemía era Bradley con desesperación, tener ese falo en la boca a Lucia le encantaba y podría hacerlo toda la vida pero Bradley la separo de su juguete recién descubierto, la tomo de la cara y sin previo aviso la penetro arrancándole un gemido/grito, tomando sus caderas para imponerle el ritmo, ella rebotaba sobre aquel pedazo de carne apretándolo cada vez que entraba en ella moviéndose más y más rápido su clítoris rozando con su pelvis Bradley chupando sus senos. Esa combinación hizo que ella estallara en un éxtasis exquisito donde soltó un grito de placer que les extraño que nadie oyera.
Dejándola descansar, Bradley la coloco sobre su espalda en el sillón y se dedico a recorrerle los muslos interiores aclamando el manjar que no pudo comerse antes por las prisas despacio lamió sus piernas explorando cada centímetro y hasta llegar a aquella fruta que se le ofrecía sin miramientos, ante el primer roce de su lengua con el clítoris ella se sintió desfallecer, el lamia de arriba a abajo recorriendo cada rincón de su vulva por ultimo concentrándose en el clítoris y mientras tanto penetrándola con dos dedos, la veía regodeándose en el placer que el le proporcionaba mientras ella se retorcía creyendo que nada de lo que había sentido antes era parecido a esto, de pronto un volcán en su interior anunciaba su segundo orgasmo de la tarde se derramo en la cara de Bradley viendo estrellas.
Descansaron sobre el sofá abrazados en un silencio cómodo que fue roto por la preocupación de Lucía al pensar que el no había tenido un orgasmo, cuando se lo dijo, Bradley con esa sonrisa mágica solo le dijo.
- No importa, no he terminado contigo....
Continuará....
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