Tu buscador de guarida para mis males
Que pretendes siempre darme de la mano para cruzar avenidas o calles,
Disculpa que exponga pero en las callejuelas también me pides la mano,
También tengo tanto que decirte para agradecerte.
Porque eres mi guerrero mártir que te antepones a mis negros o rojos.
Que lucha me imagino manejando las circunstancias a mi favor,
Tan perfectamente, sin alterar la de los demás,
Con una espada sutil color azul perla y brillante,
Alejando todo males, toda sospecha
Oliendo con su propio instinto
Haciéndomelo saber.
De chico te pensé como cuatro ángeles por las noches
Uno en cada esquina de mi cama.
Hoy te recuerdo igual.
Por las noches cuando estoy en cama te divides en colores,
Colores acuarelas casi transparentes:
Celeste, rosa, púrpura y verde acuoso.
Tenemos nuestras conversaciones íntimas que solo nosotros en el universo sabemos,
Enriqueciéndonos el alma y creyendo en nosotros,
Contestándonos en palabras sin palabras
Y creciendo de alguna manera.
Llamarte mi sombra,
Solo porque siempre me acompañas,
Sería una ofensa.
Por eso te llamaré mi luz,
Porque me llevas por senderos iluminados y cuidados siempre,
Y quizás porque los ángeles brillan.
Hazme brillar una vez más
Porque a cada rato te necesito
Te reclamo seguido y no te dí las gracias tantas veces:
Gracias, gracias y gracias,
Mi ángel custodio que siempre me protege
Tu fidelidad no tiene palabras ni juicio.
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