El ayudante del mesías

El ayudante del mesías

Víctor un niño crecido en una familia de delincuentes en una ciudad de Centro América, termina por asociarse con el Jaguar, primo y narcotraficante, quien después de purgar una condena de 10 años por robo, renace como predicador de un mensaje para los olvidados y desesperados: los caídos en las drogas. Con la tarea auto impuesta de crear una legión, en los más desdichados, se convierte en el Mesías, liberador de esclavos y guía al camino de la  luz.

La legión de Dios

Bautizados como "legionarios", el Jaguar conduce la debastación de una "Guerra Santa", contra todo narcotraficante, escalando la violencia al máximo imaginable. Para el Mecías, todo drogadicto tendría derecho a elegir la muerte o renacer en el ritual de bautismo y perdón. Por encargo del Mecías, Víctor, se convierte en el Bautista: reclutador y verdugo de moribundos en una granja de "rehabilitación" mediante una jornada iniciatica de sobrevivencia, dónde les ofrece entregarse nuevamente a la muerte por la causa suprema de la "Guerra santa".  Pero inesperadamente el Bautista se topa con un político radical disfrazado de activista obrero, cuyo carisma y astucia pone fácilmente en jaque los principios y fallas de la doctrina, de los Legionarios y así seducé al Bautista para su oscura y desconocida causa. 
Inevitablemente, el Mecías y el Radical, al conocerse se asesinan mutuamente en su primera charla que durá cinco minutos.

La visión de un nuevo orden

Heredero, el Bautista se erige en las misiones de sus tutores, superándolos. Creando un monstruo de corrupción y violencia que viaja al norte, donde el racismo, y el armamentismo hacen sucumbir el sueño americano. Para luego extenderse poderoso y fortalecido con empresas  multinacionales, hasta China e India. Así el Bautista se convierte en el primer líder que convocaría al narcotráfico, el terrorismo, la glesia, la política y la empresa, en uno sólo hombre. Y de espaldas a la redención, empuña su arma más formidable, el dinero, haciendo elegir al líder que le impondría, la política económica más severa jamás vivida en Europa, para terminar hundiéndose en las fauces de la hiena que devoraría a la última presa sobre la tierra. Esa hiena llamada por los hombres que beben sedientos las negras aguas del Sena: "Banco Central Europeo".