Aquella noche era demasiado calurosa para ser febrero, pero es lo que tiene vivir en las Islas Canarias, el clima siempre acompaña.
El ruido de la calle se colaba por la ventana entre abierta del despacho. Demasiado jaleo, muchas voces cantando a coro y bailando, le distraían de su trabajo.
Ser informático, es interesante pero a la vez son demasiadas horas frente a una máquina sin relacionarse realmente con alguien de carne y hueso.
Su mente dispersa por todas las distracciones del momento le hicieron volver a la mañana, recreándose en aquella larga e intensa mamada que su novia le había hecho justo antes de marcharse de viaje al sur de la isla con las amigas.
Se había quedado solo, tenía trabajo y se sentía satisfecho sexualmente, así que estaba relajado en casa frente al ordenador.
Eran las dos de la madrugada y no conseguía dormir, así que no se había movido de la silla en horas intentando adelantar cosas del curro. Pero realmente se sentía aburrido. Aburrido de su trabajo, de su vida, de su rutina, incluso de su preciosa y sosa novia.
Tan solo en alguna ocasión había entrado en páginas porno, pero quizás el aburrimiento le instó a hacerlo aquella noche.
La primera imagen que vio fue a una rubia con unos pechos enormes metiéndose un consolador gigante en su vagina. Era un video donde inter actuaban dicha rubia con el consolador y luego se les unía un joven muy bien dotado que iba a ayudar a la rubia a abrir su puerta de atrás para darle más placer.
Realmente sabía que eran imágenes de actores, pero su lívido comenzó a vibrar y hacerle notar que estaba allí. Llevaba un pantalón de chándal cómodo que simplemente ahuecó con la mano para sacar su pene un poco hinchado por la excitación.
No quiso cambiar de video, esa rubia le recordaba a su novia y quería imaginar dicha fantasía con ella.
Continuó mirando y tocando su miembro ya más duro. Su mano subía y bajaba la piel que cubría su instrumento del amor y cada vez se sentía más excitado.
La rubia suplicó lamer la polla del actor porno y esté se la introdujo en la boca, ella mientras seguía con su consolador.
Aquella mujer chupaba y se metía el miembro duro del actor hasta el fondo de su garganta, parecía que se ahogaba pero lo hacía con una cara de viciosa que no podía dejar de mirar. La polla entraba y salía duramente de su boca provocando arcadas en la rubia. Eso le excitó mucho y estaba a punto de correrse cuando en el video el actor obligó a la chica a ponerse a cuatro patas sobre aquel sofá cutre. Al cambiar la escena se enfrió un poco y pudo aguantar la corrida.
El chico sacó el consolador de la vagina de la rubia y metió su polla despacio pero hasta el fondo. Al principio iba despacio, con los dedos acariciaba el clítoris de ella y los gemidos provocaron una tensión bastante fuerte en su miembro de nuevo y volvió a querer correrse, pero la escena de aquel video volvió a cambiar. El actor sacó su polla de la vagina de la rubia y escupió saliva en abundancia sobre su culo como para lubricarlo, acto seguido le introdujo la polla suavemente. Aquel culo tragón había comido mucha polla y se abría sin problemas para el miembro del actor. Comenzó a bombear e introdujo de nuevo el consolador en la vagina de ella haciéndola chillar de placer. Ella lo sujetó con su propia mano. Él con su mano libre que no sujetaba la cadera seguía acariciando el clítoris, ahora más de prisa hasta hacerla llegar al clímax. La rubia gozaba bien follada por ambos agujeros. El actor notó el orgasmo de la chica y quiso entonces correrse, asique se apresuró en movimientos y bombeó duramente ya con ambas manos sujetando la cintura de la chica.
Estaban a punto de estallar ambos, el informático y el actor porno cuando el ruido de unas llaves en la puerta interrumpió tan solo la corrida del informático. El actor sacó su pene y se corrió sobre las nalgas de ella entre espasmos de placer.
Había vuelto la novia porque el apartamento donde iban a estar seguía ocupado aquella noche hasta las doce del medio día del día siguiente y no querían quedarse por la calle hasta entonces. Al entrar le vio con las manos sobre su miembro y sonrió. Se fijó en las imágenes de la pantalla del ordenador. Dejó la maleta sobre el suelo y se acercó con una cara de vicio que el informático nunca había visto antes.
Así que te gusta el porno eh????. No sabes lo zorra que soy y lo que me gusta hacer el cerdo, no sé por qué no me lo habías dicho antes amor, te voy a demostrar lo que es el porno de verdad.
Aquella noche cálida del carnaval de Las Islas Canarias hizo descubrir a aquel informático lo que era el porno de verdad convirtiéndola en una noche tórrida de carnaval.
Comentarios
COMENTAR
¿Te ha gustado?. Compártelo en las redes sociales