Por favor, no digas que me amas. (3)

Nathan me tenía abrazada de la cintura mientras veíamos una película en su casa. Teníamos ya casi dos semanas juntos y muy pocos sabían de nuestra relación, pero llegaría el tiempo en que tendría que hablar con Amelia. Me duele mentirle, pero Nath tiene razón: pensar en mí primero por una vez, sería bueno. Además, yo no hubiera aceptado si no quisiera tanto a Nathan. Y muy dentro de mí sabía que esto no duraría mucho, porque él tarde o temprano se iría a L.A
Cuando la película terminó, él apagó la tele y nos quedamos en silencio un ratito. Aun así Nathan no me soltó y yo no quería que lo hiciera.

-¿Cuál fue tu parte favorita? -le pregunté-

-Definitivamente, abrazarte. -yo reí bajito-

Me moví para poderlo ver a la cara y después me dio un beso. Cada vez que nos dábamos un beso, era como si todo alrededor desapareciera, al estar juntos sentíamos que el mundo no podría con nosotros.

-Vamos a caminar -le propuse y él asintió-

-Iré a buscar las llaves de la casa, ya vengo.

Se fue a la cocina y yo me levanté para ponerme mi chaqueta. El timbre de la casa sonó y yo me tomé la libertad de abrir la puerta sin fijarme en quien podría ser. Ahogué un grito cuando vi a Amelia parada frente a mí, ella me vio llena de confusión y yo me puse nerviosa.

-¿Qué haces aquí? -alzó la ceja- ¿No estarías en casa de tus abuelos?

-Eh...yo.

-¿Quién es, Emma? -miré hacia dentro de la casa y Nath paró de golpe cuando vio ahí Amelia? ¿Qué estás haciendo aquí? -le preguntó enojado-

-¿Qué es esto? -se frotó la cara con ambas manos, señal de irritación-

-Amelia.

-¡No me hables! -me gritó- ¿No se supone que somos amigas? ¡Nathan es mi ex!

-Lo sé, pero...

-¡Qué te calles! -me dio una bofetada y pronto sentí las lágrimas- Zorra, eres una...

-Aquí la menos indicada para decir eso eres tú -aunque Nath le hablaba a ella, me ayudaba a frotar mi mejilla- ¿Por qué no le cuentas la verdad a Emma?

-Nathan...

-Díselo, Amelia.

Miré a Amelia y a Nath con confusión, ¿De qué hablaban?

-¿Sa...saben qué? ¡Hagan lo que quieran!

Ella se alejó de ahí huyendo de lo que tenía que decir, de pronto pensé que tendría que ver con ellos. Nathan me envolvió entre sus brazos y acarició el cabello.

-¿Te duele mucho? -preguntó-

-¿Qué? ¿El golpe o que le rompí el corazón a mi amiga? -me separé de él- Yo no quería hacerle eso?Ahora ella me odia. ¿Sabes que Nathan? Hasta aquí.

Me di la vuelta para irme, me detuvo.

-No, Emma -sus ojos se cristalizaron- No puedes terminar con esto así nada más.

-Claro que sí ?repuse? Pronto te irás a L.A, y me dejarás?

-No me voy a ir a ninguna parte -interrumpió-

-¿Qué?

-Todo lo que te dijo Amelia es mentira, no terminamos por eso, fue porque la encontré con Tod.

Al escuchar ese nombre mis pensamientos se trasladaron a él. Tod fue mi novio hace años...O sea, Amelia venía a decirme miles de cosas porque tengo una relación con Nathan cuando ella me hizo lo mismo de pero de una manera baja... Hipócrita.

-¿Tod? -pregunté sin poder creerlo- ¿Por qué no me lo dijiste antes?

-No quería que sufrieras y sé que no lo justifica, y además creí que si te lo decía creerías que sólo estoy contigo por venganza o despecho.

-¿Y no es así?

-¡Claro que no! -dijo tomándome de las manos- Eso nunca pasó por mi cabeza, porque yo de algún modo siempre quise que fueras tú la chica que esté a mi lado. Porque te quiero, Emma.

-Nathan...

-Sé que todo esto es confuso para ti, pero si aun así quieres terminar con esto...Yo, trataré de entenderlo?

Yo no dije nada. Nathan me desvió la mirada y asintió con desilusión, luego volvió se acercó a su casa. ¿Tenía que ir detrás de él? Oh, claro que debía ir.

-¡Nathan! -le grité antes de que cerrara la puerta y él me vio con una mirada llena de esperanza- No quiero que esto se acabe, ¿Sí?. Te quiero, te quiero.

Corrí hacia sus brazos y lo besé como nunca creí que besaría a alguien.