TARTÁN DE LOS CUADROS VERDES (4 de 4)
Salió de casa de Dorotea, en busca de la salvación, pues cada vez más cerca los tenía, y con mucha determinación.
Salta, corre y brinca en pos de solución, y todo por culpa de aquel barrigón, que se interpuso en su camino sin ninguna razón, quizá el folgar con su bella esposa le causa pavor, pero bien merecido lo tiene por falta de atenciones y pasión, que cornudo se quede, con todo su orgullo y sin remisión, que encima de calzonazos es sin duda un cabrón.
Amaneció al final, se desistió en la búsqueda, había desaparecido, el cornudo humillado, los corchetes burlados, y Tartán acostado, embelesado en brazos de otra dama, amanecía con su sporran de dineros a reventar sobre otra cama.
Burlas, ofensas y demás por vengar, deberían esperar, al menos hasta otra ocasión donde la suerte estuviera por llegar.
Esta es la historia de Tartán, aventurero, burlador y folgador, que haciendo felices a desafortunadas damas y esposas, se hizo de una reputación de buen amante entre otras cosas.
Noches enteras quedaban abiertas ventanas, balcones y algunas piernas, en la esperanza de que aquel Tartán entrara a desfogar a base de folgar a aquellos cuerpos deseando pecar, que si por así pecar ganaban en infierno, igual les daba poner tanto cuerno, pensando que en el deseo, la lujuria y el placer, está todo por hacer.
FIN.
Escrito por Tartán de los cuadros verdes en el décimo sexto día del mes de Abril del año 2015
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