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Soledad se avecina
en los días que van a pasar.
Soledad, ¡no seas fina!
Soledad, tú debes venir.
Ven. Triste te espero
como ave de rapiña,
más de ti solo quiero
recordar mi dulce niña.
Ya te siento, soledad,
en mi carne convertirte.
¡Oh, soledad, por piedad,
ayúdame a soportarte.
Eres bella para amarte,
eres dulce para vivir,
eres para contemplarte
en un espejo de amor.
Tú me traes su recuerdo
suave como la seda,
y yo contemplo cuerdo
a la que sola se queda.
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