Sexo delante de mi marido

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Sábado a la noche, comenzamos a jugar al póker a la una de la mañana: mi marido, Ervin y yo, después de habernos puesto de acuerdo que todas las prendas serían sexuales sí o sí, que nadie se podría negar y que la condición era ir de a poco. La gracia estaba en que yo jamás jugué al póker y que iba a perder seguro, de modo que todo era una excusa para tener sexo de a tres, lo que siempre habíamos deseado. Ervin y mi marido jugaban bien, así que con uno de los dos yo iba a tener sexo esa noche y yo rogaba que fuera con nuestro amigo; como éramos tres, el ganador pedía lo que quería que le hicieran y el segundo pedía algo para hacer. Bien, como era de esperarse, yo perdí la primera mano y Ervin me pidió un beso de lengua en la boca y se lo di y me excité de inmediato. Mi marido pidió besarme el cuello. A la segunda mano, Ervin pidió que le acaricie el pecho y que le bese las tetillas, lo que hice con mucho gusto durante un rato. Luego, mi marido me acarició los pechos. La tercera mano también fue ganada por Ervin y me pidió que me sentara encima suyo y me moviera como si estuviese haciendo el amor. Eso fue lo más erótico de la noche, creo, me moví en serio y sentí su bulto en mi vulva. Mi marido, al ver eso, pidió que yo me agachara un poco y me tomó desde atrás, moviéndose como si me estuviera haciendo mientras me acariciaba los pechos. A la cuarta partida la ganó mi marido y pidió que le acaricie el pene, metiendo una mano dentro de su pantalón; lo hice un rato largo. Al turno de Ervin, me besó los pechos un largo rato. La quinta partida volvió a ganar Ervin y me pidió que le acaricie el pene. Fue muy lindo vérselo por primera vez, estaba duro, bien erecto, pero no era grande. Él se puso de pie a mi lado y yo se lo acaricié y se lo moví un poco. Cuando pidió su prenda mi marido, fue que yo me quitara la bombacha y mostrara mi sexo. Lo hice y los dos me pidieron suspender la partida para ir a la cama, pero me negué. Al final de la sexta partida, los dos me hicieron sexo oral. En la séptima, me desnudé por completo y volvieron a hacerme sexo oral y yo les chupé el pene a los dos. Dejamos de jugar y fuimos al sofá a besarnos y a acariciarnos los tres, pero a mitad del juego Ervin derramó la leche, empapó todo y nos detuvimos. Basta, dije, fue demasiado. Nos vestimos, Ervin se fue y mi marido y yo nos fuimos a la cama, a gozar solos.


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