Como cada viernes se bañaba escrupulosamente, se perfumaba, se ponía lo que a él le gustaba, un vestido rojo ajustado al cuerpo y nada de ropa interior, solo medias caladas negras a medio muslo, tomó un taxi y salió rumbo a la noche, llego a la entrada del discreto local, toco el timbre con la clave secreta una rubia explosiva con un antifaz que solo le cubría la mitad del rostro dejando a la vista un ojo de color azul tan hermoso como intimidante, la examino con la mirada y le abrió paso, le dijo "Hoy toca el salón 3" ella se humedeció de solo pensarlo ya sabia de que iba ese cuarto.
Entra a un cuarto con paredes doradas y espejo en el techo, en una esquina en la penumbra una silueta de mujer no alcanza a distinguir quien es, en la cama una nota diciendo: "desnúdate y espérame", se sonroja levemente y obedece, desliza el vestido por su piel febril decide quedarse con las medias a medio muslo que lleva, toda la situación la ha puesto agitada y su respiración se acelera, la mujer de la sombra le hace una señal a la cama, ella con timidez obedece se acuesta la mujer sin dejar ver su rostro le extiende una caja, regresando a esquina, al abrirla la sorpresa de un dildo, no tan grande como el de su hombre, pero servirá, ella esta tan excitada y tan húmeda que no cree que pueda resistirse, pero el calor interno puede contra su voluntad, así que comienza a pellizcarse los senos estrujándoles con ganas pasa la otra mano por su vientre llega a su monte de venus y comienza a rozarlo con las uña, un gemido escapa de su boca, roza sus labios, siente la humedad, todo bajo la atenta mirada de su silenciosa y misteriosa compañera, encuentra su clítoris lo aprieta con delicadeza, con la otra mano tratando de introducirse un dedo, se acuerda del regalo, lo toma metiéndoselo a la boca tanto para lubricarlo como para imaginar que es el que ella añora, al saberse lista se lo mete, gime y comienza el movimiento mete y saca ese que le quita el sueño, con la mirada le suplica a su compañera que la ayude ella se limita a negarle con la cabeza, desesperada cierra los ojos mientras gemidos salen de su boca.
De repente siente una mano retirándole la suyas de su coño liquido, quiere abrir los ojos pero no puede, siente una boca sobre su torturado sexo, la boca que ya identifico con la de su hombre, la chupa, la succiona, atrapa el clítoris solo como él sabe hacerlo, al mismo tiempo mete y saca el dildo de su cuerpo, haciendo un gran esfuerzo abre los ojos y lo ve ahí como siempre perfecto y dedicado a complacerla, esta visión se traslapa con su inminente orgasmo y solo atina a gritar del placer.
Descansa un rato, el le sonríe desde abajo, con esa sonrisa tan suya y tan de ella, la misteriosa acompañante tiene las piernas abiertas en los brazos de su sofá masturbándose aceleradamente, ella se calienta nuevamente al ver ese coño rosado y perfecto, la forma de acariciarse, siente las energías renovadas, él se percata de esto y busca su recompensa, levantándose se pone a la altura de su cara con su pene a disposición, ella deseosa lo atrapa con la boca y lo disfruta, chupa lo adora, lo empuja hasta su garganta no importan las arcadas, lo único que importa es ese hombre que la hace feliz y esa mujer de la que no sabe ni la forma de su cara, sigue chupando, con la mano acaricia los testículos, deslizando un dedo a ese espacio entre estos y el ano, el solo gruñe, le agarra el pelo y la ayuda a tragarse aquel mástil, ella sabe que es cuestión de minutos y en efecto sin previo aviso, únicamente un gemido le inunda la boca con su semen.
Saboreando el fruto de su placer, no hay nada que le guste mas que eso, pero producto de la mamada monumental ella se ha vuelto a calentar, tumba a su hombre en la cama y sin más preámbulos se penetra ella misma con esa vara de placer, lo necesita, lo añora, salta sobre él sus senos rebotan sin control, gime, se mueve en círculos para maximizar su placer, el pone un dedo en su ano, lo que lo provoca un gozo mayor, cierra los ojos y grita. Mientras tanto la mujer de la sombra se sigue masturbando con la ayuda de un vibrador al compás de los movimientos de la pareja, con una mirada se comprenden están a punto de venirse al mismo tiempo, gemidos finales salen al mismo tiempo de sus bocas. Ella desfallece en el pecho de su semental bañados en sudor, descansan un rato y se dirigen a la ducha donde la fiesta sigue el culito de ella ha sido vilmente ignorado.
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