Denunciar relato
A Dios pongo por testigo
que nunca busqué enemigo
mi verdad que esconder,
pues quien hace padecer
no puede ser buen amigo.
La verdad tiene un camino,
es como el cantar del ave
que alegra con su trino
nuestro sutil destino,
fiel, nos muestra la llave.
Negra noche. Frío día.
Bondadosa juventud
de lúgubre monotonía
henchida de sabiduría
preñada de inquietud.
Melifluo viento del sur,
mitad frío, mitad caliente,
embelese tu suave piel,
adormece tu despertar
y aviva tu frágil mente.
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