Denunciar relato
A las cinco de la tarde sacó la bicicleta y salió con una pobre excusa. Sabía que era temprano, tal vez demasiado temprano.
Caminó un par de cuadras arrastrando el rodado y se agazapó en una esquina. El viento suave de esa tarde de invierno le acaricio las mejillas. Esperó, esperó. No se acobardó por la leve llovizna ni por las sombras del ocaso, que ya comenzaban a oscurecer el paisaje. Esperó, esperó. Vio venir el automóvil y lo siguió, pedaleando con brío para no perderlo de vista.
Apenas se detuvo y la mujer joven ocupó el asiento de acompañante, se abalanzó sobre ella. Entonces hizo lo que tanto deseaba hacer. Le propinó una trompada en pleno rostro? y se fué.
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