La busqueda de la Ninfa I
Por Dante CarmesÃ
Enviado el 11/05/2015, clasificado en Amor / Románticos
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A lo largo de mi vida he ido superando mis debilidades, pero siempre a habido una que se me es imposible superar, y probablemente jamás la supere. ¿Cómo empezar?
Como a todos siempre he tendido la necesidad de amar y ser amado, pero esto se a convertido en mi busqueda mas difícil, de niño amaba mucho a mi madre pero de pronto ese amor se convirtió en su antónimo.
Mi debilidad por las mujeres empieza desde mi infancia, mi primera atracción fue a los 3 años, me sentía muy atraído por aquella niña de cabello largo y negro del jardín de infantes, en recuerdos vagos hago memoria de una ocasión donde le robe un beso, como si la suerte no estuviera de mi lado desde infante la profesora nos vio, la segunda atracción ocurrió dos años después, en otro jardín con nuevos compañeros sin color, sin embargo había alguien, alguien que me robaba la mirada, una niña de tes blanca y cabello lacio, largo y de mirada perdida, ella tenia que ser la que me de mi segundo beso, pero jamás paso.
Cuando entre a primaria ya conocia de belleza femenina, sabia apreciar las buenas facciones y detalles que solo la feminidad puede dar, como es de esperarse encontré a alguien, alguien que me atraía, ella era un niña delgada, alta para su edad, de facciones pequeñas y delicadas, labios gruesos de piel mestiza, ella tampoco me dio mi segundo beso, sin embargo viví ilusionado de ella por mucho tiempo.
Las anteriores mencionadas, no son ni más ni menos que mujeres comunes, desde este punto empezare a detallar el motivo de este ensayo:
A los 15 años con una mentalidad más madura, con un pasado y un corto historial de amores, conocí a lo que en su momento no pude describir, una niña de 13 años, que entre muchas emociones me transmitía paz, calma y silencio a una cabeza alborotada por las hormonas, "Cataleya" era mágica, una niña mujer, de piel de ángel, con un cabello hermoso, siento que tranquilamente pude contar uno a uno sus pelos, usualmente vestía jeans ajustados que dejaban notar su cuerpo aún no formado pero muy atractivo. Teníamos una amiga en común, una amiga que me odiaba por las canalladas que hace un adolescente, esta amiga más de una vez me explicó que iba a ser imposible que yo tenga algo con ella, yo era un vago y no estaba al nivel de semejante criatura, y además ella ya tenia un novio que esperaba por ella pero de momento se habían dado un tiempo, eso me desalentó un poco, le hablaba entre días, no sé de que conversábamos, pero recuerdo que se reía mucho, mostraba una sonrisa típica de estas ?ninfas?. Pero jamás nuestra relación evoluciono. Yo termine por alejarme gracias a otros amores efímeros. La vi en el 2014 en unos mis viajes en el colectivo, vestía de negro, usaba un top que dejaba notar que ya era una mujer, maquillaje algo exagerado para mi gusto, definitivamente ya no era una ?ninfa?, más haya de lo estético había algo que se notaba a leguas que perdió, su inocencia.
A los 17 años entre a la universidad, para este entonces yo era un chico tímido, con muchas inseguridades y complejos tontos, conocí mucha gente interesante, pero sólo rescato a dos, dos mujeres que por poco y parecen madre e hija, la hija ante mis ojos era lo más irrelevante, aun que fue de mis mejores amigas pero la madre tenia algo, el verla me transmitía una nostalgia conocida, un sentimiento familiar, ocasionalmente lo resolví, ese es el sentimiento que sólo me puede transmitir una ninfa, ella lo era, ?Katrina? era una mujer muy inteligente, de un color de cabello desconocido, a veces ante mis ojos era castaño otras veces negro, sea el color que fuese siempre esta despeinado, una particularidad algo extraña que a su vez me atraía, sus ojos pardo me hacían sudar las manos, definitivamente era la mujer con la que tenia que acabar mis días, pero alguien más se me había adelantado con años de anticipación, un infeliz con el cual compartía años de relación, era obvio, es imposible que una ninfa pase desapercibida, no obstante como en toda relación su amor hacia él se apago por un tiempo, tiempo necesario como para que yo la conquiste. Pero mientras más la conocia más entendía de su magia. usualmente ella atentaba contra mi agnosticismo, hacia mención de habernos conocido en otra vida, ella podía leer mis pensamientos, llegar a conclusiones de mi vida y pensar sin que yo de muestras, muy aparte tenia un instinto maternal conmigo, me cuidaba y le preocupaba mi manera de proceder con los demás, la quería mucho, como es de esperarse, ella regreso a los brazos del infeliz y afortunado, yo por mi salud emocional decidí alejarme, habíamos creado una relación de amistad y de confianza hermosa, no era justo que yo la arruine.
A los 20 años ya con un gran historial de relaciones y amores pasajeros, conocí a un ángel de cabello negro, largo y sedoso, con una mirada que hace agachar la cabeza a cualquiera, en sus ojos grandes, saltones y marrores podía ver mi reflejo. "Candelaria" no solo tenia un rostro y mirada hermosa, poseía un cuerpo de mujer a sus 16 años, cada curva de su cuerpo parecía dibujada por el mejor arquitecto, como todas las ninfas era despistada, inocente, de sonrisa agradable, y me transmitía las mismas emisiones que las otras, ocasionalmente conversábamos, de cualquier tontería pero hablábamos, se reía de todo, de todo, yo al ser un tipo serio siempre he sucumbido a esta cualidad. Como si la mala suerte me persiguiera desde el jardín de infantes, ella también tenia novio, claro, es imposible que ese ángel pase desapercibido. Despues de 4 meses de conocernos, nos separamos, ella tenia que estudiar en otro distrito y yo continuar en el mismo. A veces extraño su risa.
Con aun 20 años, en unos de mis días más lujuriosos, este curioso caballero decide aventurarse a un Night Club, solo, sin compañía, este tipo de experiencias son totalmente discretas y las debo de guardar en mi memoria para jamas compartirlas. Llegué a las 5 la tarde, aun había sol, pero el ambiente de este local era de noche, con olor cigarrillos mezclado con cerveza barata y perfumes. Mujeres linda por donde pase la mirada, así como también miradas extrañas, ¡Qué hacia yo con 20 años ahi!, mi curiosidad a veces me lleva a extremos, pero ya estaba, tenia que gastar el ticket que compré, ¿con quién?, camine aproximadamente 30 minutos entre los oscuros pasillos, mirando miradas lujuriosas fingidas, me senté en un sofá que particularmente estaba en toda una esquina, desde el cual se podía devisar a los parroquianos entrando y saliendo de habitaciones, cuando ya había solucionado irme sin el servicio, la vi, me acerque y pregunte por el costo, jamás deje de mirarla a los ojos, ¿qué era ella? ¿es una ninfa? ¿qué hace aquí? ¿qué le paso?
Continuara...
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