Encontrándonos (III)
Por Tazzia Mayo
Enviado el 15/05/2015, clasificado en Adultos / eróticos
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AP 724 ... AP 724 ... AP 724
¿Qué significaba aquello?
< No sé ni por dónde empezar>
Desde aquella noche no había vuelto a ver a Lorena, había oído que Andrés y ella ya no estaban juntos, y deseaba cada mañana en el tren poder volver a verla, ¡qué cada mañana! ¡cada segundo! No pensaba en otra cosa que no fuera encontrarla. Buscó en redes sociales, en la mesa de Andrés cuando él no estaba, era como buscar una aguja en un pajar. < Lo que haría en un pajar con Lorena, no saldríamos nunca...>
- ¿Qué haces en mi mesa? - Andrés le miró extrañado.
- Perdona, buscaba unos papeles que se han debido transpapelar. ¡Oye! Siento lo de tu chica. Tranquilo, ahora me dedico a vivir la vida, hay mucho ahí fuera por descubrir. - Su mirada no daba lugar a dudas, estaba claro a lo que se refería.-¡Mira por donde! Tú y yo apenas nos conocemos, saldremos esta noche los dos a cambiar eso.
No se podía creer que estuviera en uno de los peores clubs de la zona con la persona con la que menos quería empatizar. Pero si quería encontrarla, era la mejor forma de obtener información. Apenas media hora más tarde ya estaba solo y Andrés no paraba de enrollarse con una chica que se le había acercado.
- ¿Te dan envidia? - Sofía introdujo ambos dedos índices bajo el cinturón de Jaime y se acercó a escasos centímetros.- Yo puedo cambiar eso.
- No gracias, solo vine a tomar una copa. - Quería mantenerse firme. Aunque fuera una chica preciosa con una minifalda de escándalo y un escote que le derretía por momentos, él solo quería encontrar a Lorena.
- ¿Seguro? - Su mirada insinuaba todo lo que cualquier hombre desearía y sus dedos comenzaron a moverse entre su pantalón y su abdomen provocando unos escalofríos que hacía tiempo no sentía con nadie que no fuera Lorena, y de aquello hacía meses.
< Solo me divertiré un rato, no tiene nada de malo. Al fin y al cabo, ella estaba con Andrés>
De nuevo, por enésima vez en la noche se encontraba donde no se hubiera imaginado estar. Esta vez no eran unos lavabos, Sofía le había arrastrado por la puerta de atrás al descampado que había tras el club. comenzó a sentir su lengua con la suya, apasionadamente. Abrazó su cuello imaginando que era Lorena quien estaba ahí, e inmediatamente su sexo respondió ante esa situación que tanto deseaba. Solo desabrochó un botón de su suave camisa que transparentaba el contorno de sus pezones erectos por él llamando a gritos su lengua en ellos. Eran maravillosas, las aferraba con fuerza, sintiendo su turgencia y suavidad. Las unió separando su lengua para poder observar sus maravillosos pechos frente a él. Llevó su lengua entre ellos y oyó cómo Sofía gemía en su oído acariciándole el pelo mientras una mano descendía por su abdomen en busca de su sexo ansioso por penetrarla. Bajó su cremallera y pudo acariciarla en todo su esplendor, suave, tersa y tan extraordinaria como había esperado.
No le preguntó, ni siquiera se habían mirado desde que habían salido del bar. Estaba disfrutando con el movimiento de su lengua en sus pezones y no quería que parara. Le arrojó sobre el árbol que tenía detrás y la introdujo entre sus paredes húmedas por él. Aquella primera embestida cogió por sorpresa a Jaime que soltando sus pechos la estrechó fuerte contra él, no la dejó moverse e inició un conjunto de embestidas fuertes, bruscas, llegando a lo más profundo de su interior sin cruzar su mirada con la suya.
Fue un orgasmo intenso, lascivo, pero sexo al fin y al cabo. No quería eso, solo quería a Lorena. se fue a casa y nada más llegar comenzó de nuevo a buscar el significado de AP724.
A la mañana siguiente, nada más sentarse frente su mesa, Andrés le entregó un pequeño papel. Lo abrió y solo estaba escrito AP724.
- Espera, espera... ¿Qué es esto?
No pude dártelo ayer, ya viste que estaba ocupado, pero me lo dio Lorena el día que acabó con lo nuestro. No me dijo nada más y a mi tampoco me interesaba.
- ¿Tienes idea de qué puede tratarse?
- Parece un apartado de correos ¿no?
Tras unas horas laborales perdidas buscando cómo encontrarlo, al fin tendría una dirección. Podría escribirle una carta esperando una respuesta.
Dos semanas y nada, ¿por qué no había tenido noticias suyas? Aquel encuentro con Sofía había estado bien, pero nada comparado con ella. Era decidida, sabía cómo ponerle a mil y que explotara solo con su mirada. Salió de casa dirección a "su estación" y antes de poder cerrar la puerta de casa se encontró de frente con ella.
- Ehhh... ¿Cómo?... ¡Da igual! - Jaime intentó abrazarla, pero Lorena le paró en seco.- ¿Qué ocurre? has venido hasta aquí, has leído la carta, daba por hecho que...
- ¿El qué Jaime? - Su expresión no era muy amigable y él no entendía por qué- Mira, antes de que digas nada, quiero presentarte a mi hermana.
- Jaime miró hacia donde Lorena le señalaba y vio a Sofía...
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