Después de más de veinte años la vida en mi país transcurre muy placentera. Ya existe una generación de gente que por suerte no conoce los horrores de la guerra.
Yo me decanté a estudiar periodismo, quizá por la influencia que tuvo esa noche especial cuando era niño viendo y viviendo la radio.
También y supongo que por la misma influencia me hecho corresponsal de guerra y estoy desplazado a una zona en conflicto en el corazón de África.
En el país donde me encuentro la guerra hace más de dos años que se mantiene. Es una guerra interna, lo que llamaríamos una guerra civil. Esta noche hay un encuentro importante entre las dos partes en conflicto y en medio de fortísimas medidas de seguridad nos encontramos un puñado de reporteros a la espera de buenas noticias.
La mayoría hemos montado tiendas de campaña e instalado nuestras emisoras dentro, aunque estamos en África la noche es bastante fría. Llevo encima un pequeño transistor que funciona con pilas y me permite escuchar las noticias locales. Me cuelo en su onda pidiendo si me dejarían intervenir para lanzar un mensaje de esperanza a la gente que está escuchando. No hay ningún impedimento, pero sólo me ofrecen cinco minutos como máximo.
De pronto en mi emisora portátil aparece la cara de un niño que me mira asombrado y me pregunta con cara de susto quién soy yo.
Le contesto que soy el locutor. Él me contesta:
Ya me lo imagino, pero hasta esta noche mi radio sólo me permitía oír voces, ruidos, música....
Lo sé. Esto debe ser magia. A mí me pasó lo mismo cuando más o menos tenía tu edad... por cierto, cuántos años tienes.
Pronto cumpliré diez,me responde.
¿Has visto alguna vez una película?
No señor. Hay gente que me ha dicho que las películas, aparte de oír, también te permiten ver a la gente que habla. Me imagino que deber ser más o menos como ahora.
Sí,le contesto.Se parece bastante. Ahora te voy a ofrecer la posibilidad de que veas una película de algo que te guste.
Me gustaría ver una película que saliera el mar. Nunca lo he visto y me han dicho que es algo maravilloso.
A los pocos minutos unos colegas entran en la tienda anunciándome que la guerra ha terminado y que tenemos que informar a la gente.
Perdona chico... ¿te ha gustado la película del mar?.
Sí,me respondeme ha encantado, pero por qué no sigues?
Tengo que dar una noticia importantísima que seguro te permitirá ver el mar por ti mismo. La guerra ha terminado...
Antes de despedirme me gustaría saber cómo te llamas.
Roberto. Y tú???.....
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