Olvidarte

Olvidarte no ha sido fácil, nada fácil.

Me ha costado algunos litros de lágrimas que te he llorado, sólo Dios sabrá ¿¡Cuántos días!? unas pocas botellas de alcohol, el desgarro de mis cuerdas vocales por cantarte esas canciones adoloridas, y un cigarro dizque pa´quitarme la ansiedad.

Suma a la lista todas esas noches de mal dormir porque tu recuerdo llega a mi mente y en las que a cada vuelta mi corazón no consigue acomodarse.

También están mis 3 kilos menos de peso corporal, unas ojeras bajo mis ojos que sólo mi crema de pepino sabe quitar, un cutis muerto que la mascarilla de barro reanima, aquella mirada triste que hoy no muestra ese brillo, una que otra maldición al viento y miles de preguntas que los demás me lanzan mas yo nunca respondo, la verdad sí... Me ha costado un mal aspecto, días de no ir a trabajar, y no te miento cuando digo que entre mi cama y yo empieza a surgir un romance, y ni qué decir de mi almohada, que es mi paño de lágrimas y quien soporta mis pensamientos.

Vaya que no ha sido fácil, y más porque a pesar de quedar casi en ceros, me doy cuenta que sólo he olvidado una cosa.

La cantidad de veces que he intentado llamarte.