MI MUNDO
Agilius Malvadoc le llamaban... aquel que asesino a sus amigos por unas pocas baratijas. Aquel que despertó de un sueño, para volver al barro y redimir sus pecados.
Aquel que nunca debió partir con las manos llenas y el corazón hendido de amor.
El niño se hizo hombre... el hombre se hizo niño.
Entra en mi mundo... Agilius estuvo allí.
En mi mundo todo es real, aunque creáis todo lo contrario, no todos podéis participar de él.
La extravagancia, la sorna o la incredulidad no es la manera mas correcta de atravesar el umbral de esa puerta; la misma puerta que llama a grito para que se adentren en ella y vean toda la magnificencia que hay tras de si.
En mi mundo no hay guerras, la codicia no existe... pues el dinero es solo intercambio de bienes mutuos para la Comunidad.
No hay prisiones ni prisioneros, pues no hay asesinos ni ladrones.
¿La política?... en mi mundo no hay política. El gobierno somos nosotros mismos... tomamos decisiones en conjunto, hermanados, sin ningún tipo de presión ni beneficios propios.
En mi mundo el arco iris solo tiene un color: el color de la esperanza, la magia, lo imposible, lo misterioso, lo fantástico, lo genial, lo taciturno, lo melancólico, el tiempo, la vida....
En mi mundo no hay banderas, ni religiones, ni naciones, ni modas absurdas y tecnologías que acaban con las mentes.
No hay horarios ni calendarios... los relojes dejaron hace tiempo de funcionar, alguien se encargo de estos tapando sus esferas con lúgubres telas para no volver a ver las horas que marcaban sus manecillas.
En mi mundo los caminos son multiformes y multicolores, que cambian de aspecto y tono según el día que los recorras.
Predominan los colores cenizas y apagados para las tristes noticias... el paso del tiempo, la nostalgia, la muerte....
Los colores vivos acompañan las grandes ideas, la escritura grácil, el trabajo bien acabado, la vida, las campañas épicas, regar mis flores... ver como crecen día a día....
En mi mundo las mujeres son leales y cuidadosas de sus parejas... son despreocupadas por las dudas, y por los problemas que las afectan en menor o mayor grado.
Siempre las encuentras felices, con ganas de aprender junto a los suyos, alegres de vivir sin agobios ni pesares internos... aquí somos todos iguales: hombres, mujeres, niños, animales, pájaros, arboles, ríos, flores, mares, sirenas... todos poseemos un lenguaje común.
En mi mundo puedes hablar con los amigos que se marcharon un día de tu lado y creías no volver a ver jamas.
Continuamente están cerca de mi, me dan sus opiniones, me dictan como debo actuar en momentos difíciles... siempre les hago caso, pues al otro lado del umbral se vuelven mas sabios y resueltos que en sus vidas mundanas ya pasadas.
En mi mundo puedes recordar lo que un día fuiste, puedes ser de nuevo el niño que dejaste atrás... volver a empezar, atravesar el arco celestial y oír de nuevo tus llantos, abriendo de nuevo los ojos a la luz.
En mi mundo el pintor hace que sus óleos sean precisos, destacando toda la naturalidad de sus manos, que recorren el lienzo con la soltura y la gracia de un duende mágico... cada pincel posee una historia mística, adecuada a la vida de su poseedor.
Me gustaría poder estar siempre allí... en mi mundo, pero la cruda realidad de la vida irreal en la que vivimos te dicta unas normas que debes acatar (si quieres), por supuesto yo me las suelo saltar para no cerrar la puerta hacia mi verdadero mundo....
Todo esta allí... la pena es que no todos podéis llegar a encumbrar su cima.
Cuando leáis todas estas reflexiones pensareis que estoy loco... ¿comprendéis ahora lo que os digo?... ¡nunca traspasaréis este umbral!, nunca....
Os doy las ideas, pero no las maneras
de entrar aquí....
Agilius Malvadoc.
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