¡Oh Santa!

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Esto que me sucedió ha sido una de las mejores experiencias, con mucha excitación y adrenalina. Mi nuevo novio insistía en tener sexo, a lo cual yo me negaba, porque era muy reciente nuestra relación. Le pedía más tiempo para conocernos; pero él seguía muy insistente. Se me ocurrió calmar sus ímpetus; con una dosis de sexo oral. Pensé mucho en; cuando y donde sería el lugar perfecto para ello; ya que quería que fuera un momento inolvidable para ambos.

En diciembre pasado, exactamente el día 24; una tía y sus amigas realizaron un desayuno. Ellas me pidieron ayuda para la organización, arreglos y demás. Mi tía tuvo la idea de que; alguien vestido de Santa Claus entregara un presente a todas la invitadas a la reunión. Después de mucho platicar de ello, y pensar quien sería el indicado para realizar esa actividad; mi prima sugirió que fuera mi novio. Le hablamos y el acepto disfrazarse. Entonces vino una locura a mi mente; que ese día; era el indicado para llevar a cabo mi plan. El disfrazado y yo con una atuendo similar... Obviamente más sexy.

El día del desayuno llegue tardísimo, y para colmo se me olvido el celular. Después de correr de aquí para allá, revisando que no faltara nada, vi que llego Santa Claus. Entonces puse en marcha mi plan. Llegue hasta él y le dije:

- No digas nada, no mires a nadie; solo sígueme

Lo tome de la mano y lo lleve a una pequeña bodega que estaba al fondo del salón de fiestas. En cuanto entramos, puse mi dedo en sus labios, diciendo; Silencio. Acto seguido lo pegue a la pared, empecé a acariciar sus brazos y su pecho, me arrodille frente a él y dije:

- Santa, normalmente tú le das regalos a las niñas buenas, pero ahora, esta niña te va a dar un regalo a ti

Le baje su pantalón, tome su miembro con ambas manos, y comencé a darle una maravillosa dosis de sexo oral. Pasaba mi lengua por todo su tronco, una y otra vez, con mi labios le daba chupetones en la punta de su miembro, poco a poco dándole más intensidad. Sentía mucha adrenalina y emoción al tener su enorme miembro entre mis manos, al acariciarlo, al besarlo, al sentir cada centímetro de su virilidad entrando y saliendo de mi boca; al iniciar muy lentamente, despacio, después con más fuerza y un poco más rápido... Hasta que termino, con una explosión sorpresiva y tan maravillosa, que no me dio tiempo de reaccionar y todo su semen se fue al fondo de mi boca. Me levante, y fui a limpiarme para ir lo más pronto posible a la reunión.

Ya en la reunión Santa Claus empezó a repartir los regalos a las invitadas, mientras yo me sonrojaba recordando el excitante encuentro que habíamos tenido. De repente se acercó a mí, una conocida; hija de una de las amigas de mi tía, me saludo y me dijo:

- Que mala onda que tu novio no pudo venir, pero a mi marido le quedo muy bien el disfraz

Y yo “¿Qué?” Me quede sin hablar, sentí que se me fue el aire. Rápidamente me salí al estacionamiento del salón. Estaba nerviosa, apenada, sin poder creer lo que estaba pasando, hablando sola como loquita. Quería desaparecer del mundo, peor aun cuando vi que EL, salió al estacionamiento y se dirigió a mí. Estando de frente le dije:

- Que pena, discúlpame, pensé que eras mi novio ¡Qué horror! ¡Estoy apenadísima! Por favor no lo cuentes

Él también me pidió disculpas, por no detenerme, porque no sabía lo que yo iba a hacer. Que no me sintiera mal y que no me asustara ya que él no lo platicaría con nadie. Empezamos a platicar, a reírnos de lo ocurrido y me dijo:

- Espero que no te enojes, pero tengo que decirte que me gustó mucho, fue algo maravilloso, algo que jamás había sentido. Una sensación increíble, una emoción inimaginable. Y debo confesar que me gustaría repetirlo, darte el mismo regalo que tú me diste… Y más. Porque de verdad eres una hermosa y excitante mujer. Disculpa mi atrevimiento, no pienses mal de mí, estoy consciente de que soy casado y mayor que tú, pero es algo que te quería decir porque me atraes mucho

Tiene 36 años, yo tengo 21, pero es un hombre muy guapo, elegante, atlético, alto, con mucho porte. Nos despedimos y empezó a caminar, corrí hacia él, lo detuve y le dije:

- La verdad... A mí también me fascino esta experiencia. No me importa que seas casado, ni tampoco tu edad. Después de este intimo momento que vivimos, creo que podemos hablar franca y honestamente. También quiero repetirlo, quiero estar en tus brazos, quiero que me beses, quiero que me acaricies. Quiero entregarme a ti, sentirte dentro de mi

Acordamos hablarnos, para ver en donde seria nuestro encuentro... Y también lo voy a relatar


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