No me chilles que no te oigo Parte 3

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Un hombre desnudo orbita en torno a una farola mientras el carro de Apolo se aleja sin piedad. La imagen se torna cómica y a la vez lastimera, ya que la figura se agarra el tórax de forma desesperada mientras anda sin rumbo y mira de forma nerviosa a todos lados.   - Joder, joder, joder, no aguanto más.   - Cuando pille al hijo de puta que me ha hecho esto lo mato, lo juro por Dios. Menos mal que el sol se ha ido y justo estoy encadenado a la farola rota, me voy a poner lo más lejos posibles y voy a soltar todo lo que llevo dentro.   Se aleja todo lo que su atadura le permite, mira a todos lados y asegura encontrarse en solitario antes de ponerse en cuclillas para soltar una mezcla entre alcohol y comida basura de la noche anterior.    - Petróleo puro, me va a dar algo como tenga que convivir con esto mucho tiempo más.   Justo cuando el hombre estaba en plena faena un impresionante flash inunda toda la calle y se escucha el sonido característico de la cámara de fotos en pleno uso. Esto provoca que el hombre se sobresalte, pierda el equilibrio y caiga sobre sus propios excrementos. Todo ello es acompañado de una risa histérica que parece proceder de uno de los edificios cercanos.   - Me cago en todo. Dice el hombre desnudo mientras mira con asco todo su trasero y los brazos pringados de sus propios excrementos.   - ¿Te crees gracioso? ¿eres conscientes de que vas a tener que matarme si quieres sobrevivir después de esto?   Un ruido sordo pone en vilo al hombre desnudo, al observar a su alrededor puede apreciar como una fiambrera metálica ha caído en la acera muy cerca de la farola a la que se encuentra encadenado. No obstante, por culpa de la oscuridad no ha podido vislumbrar con claridad la procedencia de este objeto volador.    Después de hacer diversas intentonas para limpiar sus brazos restregándolos contra la acera, se acerca detenidamente hasta la fiambrera y la analiza. Lo primero que puede apreciar es que tiene un post it pequeño encima de la tapa que pone:   ?No pases hambre, que todavía te queda algo de sufrimiento?   - ¿Quién coño eres? Grita el hombre desnudo mientras lanza la fiambrera contra la pared del edificio más cercano y desparrama toda la comida por la acera.   Se escucha un ruido de sirena que rebota en las paredes de los edificios junto a un pitido largo y agudo que da paso a una voz electrónica:   - No desperdicies la comida, si no tienes hambre déjala para después.   - ¿Quién eres? Te exijo que me des tu identidad para poder dirigirme a ti como es debido. Un caballero siempre trata con distinción a un hombre muerto. Dice el hombre desnudo mientras realiza una reverencia con sorna.   - Sabes bien quién soy, si tu cerebro no estuviera carcomido por la bebida te habrías dado cuenta hace mucho tiempo.   - No serás el hijo puta de Javi, como seas te voy a dar de hostias hasta que te reviente ese culo pijo de mierda que tienes.   - No soy ese tal Javier. Continúa la voz. Ahora haz caso de lo que te voy a decir.   - No me sale de los huevos. Da la cara y te haré caso. Dice el hombre agitando su puño apestoso.   Esta vez el pitido es mucho más fuerte y provoca que tenga que taparse los oídos con insistencia y con un gesto de dolor acaba retorciéndose en el suelo.    - No me gusta que me amenacen. Dice la voz después de haber detenido el pitido  

 


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