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¡Ay de la Muerte que tanto pregunta!
¿Es que no se cansa de inquirir?
Qué bien conoce al ser humano, tan bien que hace sospechar...
Cómo sabe que si insiste, al final, logrará sus propósitos
porque no hay un solo hombre, mujer o niño en toda la tierra,
que permanezca hierático y estoico
ante el embate de estos terribles vientos interrogantes de la vida.
¡Ni uno solo!
¡Ay de la Muerte que no ceja!
Su perseverancia y resolución son propios de un Dios, así como su victoria.
"La Muerte, esfinge, pregunta; y la vida se cumple mientras decide la respuesta."
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